Juan Palomo Palomo. Javier Torralbo Gallego.
Continuamos con el estudio de Villanueva de Córdoba
hacia 1540, cuando aun era un lugar dependiente de Pedroche. Como en la primera
parte, nos basamos solo en la documentación de la época, sin considerar lo que
la tradición oral ha mantenido si no tiene documentación que la sustente.
AUTORIDADES CIVILES
Con la concesión por Córdoba de las primeras
autoridades locales el 06-05-1499 quedaba conformado el concejo de aldea de
Villanueva, aunque su pretensión, prácticamente desde el primer momento, fue
mostrarse como un concejo en toda regla.
Las autoridades que se nombran en los documentos son
el alcalde, aguacil, escribano, mayordomo de propios, alcalde y alguacil de
hermandad y jurado, aunque solo los tres primeros se encontraban en el acuerdo
de 1500 entre Pedroche y Villanueva.
* El “alcallde hordinario”, solo uno,
aunque en Pedroche y las otras villas con tal categoría existían dos. El nombre
procede del árabe “cadí”, juez, pues en principio sus competencias eran
jurídicas, aunque con el tiempo tomaron otras de orden administrativo.
Desde 1500 el de Villanueva solo tenía competencias de causas por lo
civil de hasta 300 maravedíes. El primer alcalde de Torrecampo en 1468 las tuvo
de hasta 60 maravedíes. Para mayor cuantía o en causas penales la jurisdicción
era de Villa Pedroche o Córdoba.
Las magistraturas locales se renovaban anualmente. Entre
algunos de los nombrados en los documentos en 1499 y 1500 fue alcalde Rruyz
Lopez; dos alcaldes hubo en 1530, Pero Martin Vaquero
y Benyto Diaz de Andujar, hasta que se volvió a uno solo; en 1534, Pero
Martin del Pozo; en 1539 fue alcalde Pero Diaz de Luna; en 1537 y 1540, Pero
Martin Vaquero; en 1541, Pero Gomez de San Benito; en 1552, lo fue Juan Garcia
Prieto.
* “Alguazil”. Era el encargado de
mantener la seguridad y hacer cumplir las disposiciones de los magistrados
locales.
Conocemos el nombre de algunos: en 1539 lo era
Antonio Lopez Torralvo; en 1540, Miguel Martin Gannan, y Diego Rruyz Vaquero en
1541. Ese mismo año se citaba un teniente de aguacil, Antonio Ruyz Lorenço.
* El “escribano publico y del Conçejo”
era nombrado por el rey, y para dar “fe en todas las cosas que passaren”, era el encargado de
tramitar documentos públicos entre particulares y legalizar los actos
realizados por el Cabildo. El primero que conocemos por la documentación es el que
fue nombrado por el Concejo de Córdoba en 1499, y el que redactó el 30 de
septiembre de 1500 el poder notarial del Concejo de Villanueva para llegar a un
acuerdo con Pedroche, Martin Garçia Pozuelo. Del que más documentación contamos
es de Pero Gomez de San Benyto, que estuvo en el cargo al menos desde 1537 a
1552.
* “Jurados”.
Eran las personas que participaban en los concejos representando al conjunto de
los vecinos que, normalmente, eran quienes los elegían. Su función era
controlar las actuaciones de las autoridades locales y fiscalizar los ingresos
y gastos de la villa. Según el criterio de Pedroche, esta institución no era
válida en un lugar de su jurisdicción.
Uno de ellos y durante varios años, fue Rruy Diaz de
Luna. El 16-05-1541 el Concejo le otorgó a este jurado un solar “en el exido desta dicha villa en un sosquin alindando con un
corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan Garçia Prieto vecinos de esta
dicha vylla el qual dicho solar dieron al dicho Rruy Diaz por le fazer bien e
cumplidamente e por quytar el dicho sosquin para que lo pueda çercar y vender e
dar e donar y trocar e canbiar e hazer dello lo que quysyere como cosa suya
propia”.
* El “mayordomo del Concejo”
era el encargado de las finanzas del mismo, debiendo dar cuenta de los gastos e
ingresos. No consta el cargo en la relación de primeras magistraturas locales
impuestas por el Cabildo de Córdoba al autorizar el cambio de nombre en 1499,
pero sí estaba ya en 1500 entre a los asistentes al concejo en la iglesia de
San Miguel el 30-09-1500, que otorgaron el poder a sus representantes para la
concordia con Pedroche. Ocupó el cargo Diego Hernandez Paniagua en 1539, y Juan
Garçia del Villar en 1541. En 1552 el mayordomo del Concejo Anton Martin
Serrano expuso la relación de ingresos y gastos municipales, de la que se
deduce la existencia de la carnicería y una dehesa propia ese año.
* Aunque tampoco se expresara en el acuerdo de 1500, como se comentó antes,
según la legislación castellana cada villa, aldea o lugar de más de treinta
vecinos podía contar con su cuadrilla propia de la Hermandad, para hacer justicia en el medio rural. Ese mismo año de
1500 fueron “Benyto Rruyz de Torremilano alcallde de la Hermandad, Pero
Martinez Pozuelo alguazil de la Hermandad”.
EDIFICIOS DE USO PÚBLICO.
Como ocurrió siglos después con Cardeña, el primer
paso a la independencia fue la religiosa, pues a finales del siglo XV
Villanueva ya contaba con parroquia propia, aunque la mayor parte de su fábrica
(los recursos económicos) iban a parar a las parroquias de Villa Pedroche y
Torremilano.
La documentación muestra que el 30 de septiembre de 1500
existía la “yglesia
de San Miguel”, pues allí se reunía el Concejo local para dar
carta de poder a sus representantes. Es el documento
más antiguo que conozcamos que se refiera a la iglesia de San Miguel.
Su principal función era la religiosa y litúrgica,
pero al ser la única edificación de cierto tamaño entonces en Villanueva los
oficiales del Concejo celebraban allí junto con los vecinos, como era usual en la
Castilla de la época, concejos abiertos para tratar asuntos de especial
importancia para el común, como otorgar cartas de poder o la forma de reparto
entre los vecinos de ciertas cantidades. (Igualmente, los vecinos de Pedroche
se reunían en cabildo en el año 1500 en la “yglesya de San Salvador de esta dicha villa a campana
tannyda a conçejo llamados”.)
El primitivo edificio de la iglesia se
vino abajo con el tiempo, reedificándose en la década de 1560.
La parroquia de San Miguel ya iba contando con sus
propios bienes, pues en la relación de bienes de arriba de Ysabel Diaz de Luna aparece
una haza de tierra en la “Hera del Merchan” que lindaba con tierras de
San Miguel. En estos protocolos notariales de 1539-1541 aparecen un par de
corrales como propiedad de San Miguel, uno de ellos lindando con uno de los
solares que se repartieron en el ejido. El otro estaba en la “calle Rreal de
Sus Altezas”. No hay referencias a otra ermita que también se
construyó en esta calle Real, cercana a la iglesia, la ermita de Jesús, donde
su ubicó el Hospital de la Santa Caridad; acaso se hiciera sobre este corral de
la calle Real (el hospital ya existía en 1591, pues se le destinan numerosas
mandas en los testamentos).
Ya en 1534 hay constancia de la presencia de la “hermita de Sancto
Sebastian” junto al “camino rreal de Sus
Magestades”.
Este camino real es el que se ha visto que desde el de la Plata (de Córdoba a
Toledo por Adamuz y Conquista) se desviaba de él en las inmediaciones de Venta
los Locos (cerca de la actual estación del AVE) tomando el camino de Montoro,
llegando a Villanueva por las actuales calles Córdoba, San Sebastián, Real,
Plaza, Herradores y Pedroche, y continuando hacia dicha villa.
Según
exponía el Concejo de Villanueva al obispado de Córdoba fechada el 05-06-1567
tenían el “Santísimo Sacramento en una ermita casi fuera
del lugar”
[8], lo que nos permite conocer aproximadamente los límites de la población en
esa época. (Tiempo después, el 19-06-1611, Diego Rruyz de las
Carpinteras arrendaba al tutor de Francisco, menor huérfano hijo de Francisco
Lopez Garrido, unas casas junto a la cruz del camino de la Campiña, actualmente
la cruz de la calle Córdoba.)
Con
la ermita de San Sebastián en lo Alto el Santo parece poco posible que
existiese un oratorio anterior en la calle Casas Blancas con la misma
advocación, como exponían Ocaña Torrejón y la tradición oral. Más raro es aún
que primero se construyese un oratorio y luego la iglesia. Por eso Sebastian
Rruyz, vecino de Pozoblanco, declaraba en 1530 que hacía unos cincuenta años, “no avya alcallde ni
otra justiçia ninguna en la dicha villa de Villanueva ni tenyan yglesia”. La iglesia habría
sido el primer signo identitario de una nueva comunidad que acababa de nacer e
iba creciendo. (Hay varias leyendas incrustadas como historia verdadera que se
han demostrado falsas, como que la torre de la iglesia de San Miguel se hizo
con una rampa, o que Pedroche perdió su derecho a la Virgen de Luna. La
tradición puede tener su fondo histórico, pero un documento de 1534 es otra
cosa.)
El
que la ermita de San Sebastián estuviera casi fuera de la población e inmediato
al camino real que se dirigía a Córdoba tenía otra función: en caso de
epidemias, sobre todo de peste, se establecían cordones sanitarios que
prohibían la entrada y salida de personas de la población. Si algún viajero
llegaba por el camino real con sospecha de infección, se le recluía en la
ermita para que pasara la cuarentena y se comprobara su estado de salud.
Recordemos que San Sebastián era el especial protector contra la peste.
(Otra
ermita que existió a la salida de Villanueva al este, junto al camino de las
Ventas, bajo la advocación de San Gregorio, parece ser posterior a la época en
que tratamos, la primera mitad del siglo XVI, pues la primera cita a ella es en
testamentos de 1591.)
Hay una referencia bastante peculiar al cementerio. El 7 de noviembre de 1537
los concejos de Pedroche y Villanueva celebraron un cabildo conjunto para dar a conocer una carta ejecutoria real “en el çementerio
de la yglesia de San Miguel de la dicha Villanueva”. Es difícil saber a qué se debe la elección de tal sitio,
si tenía un componente simbólico, o no había otro sitio, o… es muestra de lo
mal que se llevaban ambos concejos. Pocos días después, el 1 de diciembre de ese año, volvían a celebrar otro cabildo común a ambas
villas otra vez en el cementerio de Villanueva con el mismo fin, comunicar una
provisión real.
FOTO 5
“En
Villanueva de Cordova juridisçion de la villa de Pedroche villa de la muy noble
e muy leal çibdad de Cordova en syete dias del mes noviembre anno del
nasçimiento de Nuestro Salvador Yesus Cripto de mil e quynientos e trenya e
syete annos estando en el çementerio de la yglesia de San Miguel de la dicha
Villanueva ayuntados en su cabildo conviene a saber los honrrados Pedro de Toro
alcallde hordinario de la villa de Pedroche, e Anton Hernandez de Santofimya
procurador del Conçejo de la dicha villa de Pedroche, y Juan de Leon diputado
del dicho Conçejo, e Pero Martin Vaquero alcallde hordinario en la dicha
Villanueva, e Pero Gomez de Sanc Benito, y Juan Rrodriguez Barrios, y Lazaro
Martin Rrico, e Andres Moreno, e Alonso Sanchez Torralvo, vesinos e moradores
en la dicha Villanueva ante los quales en presençia de my Anton Gutierrez
escribano publico del numero de la dicha villa de Pedroche el dicho Anton
Hernandez de Santofimya en nombre y como…”.
Por lo tanto el cementerio estuvo en el mismo sitio desde los orígenes de Villanueva,
en la explanada de la plaza entre la iglesia y el actual ayuntamiento, hasta
que Don Bernardo Moreno de Pedrajas lo trasladó en 1814 a la ermita de San
Gregorio (en el camino de las Ventas, hoy biblioteca municipal). Cuando se
reedificó la iglesia de San Miguel en la década de 1560 en la puerta se
evangelio se labró en la piedra clave de su arco la inscripción “POST RESURREÇIO”, después, resurrección,
pues por esa puerta salían los cadáveres en su último viaje. Sabemos la fecha
de la reconstrucción de la iglesia (hacia 1566-1567) por las cartas enviadas desde
la parroquia [9] y el Concejo [8] al obispado solicitando fondos para
concluirla.
En cuanto a lo civil y administrativo, el alcalde, en la
“abdiençia
de la mannana” o la “abdiençia de la tarde”, atendía las peticiones
y quejas de los vecinos. En los protocolos no se dice dónde tenía lugar esa
audiencia, aunque lo usual era que si el escribano se desplazaba a la casa de
alguien a levantar un acta escribiera dónde estaban; acaso esa audiencia del
alcalde se hiciera en su propio domicilio, aunque con el tiempo se hizo
necesario que se contase con un edificio en el que poder tener lugar esa
audiencia del alcalde, en la esquina de la plaza con el camino a Pozoblanco, y que
por su función tomó el nombre con el que lo conocemos actualmente: la Audiencia. Pero, la verdad, es que ignoramos
cuándo se hizo.
El edificio actual de dos plantas se reconstruyó
después del tiempo que estamos tratando, según se desprende del acta del
Concejo de Villanueva de 02-10-1667: “En la villa de Villanueva de Cordova a dos dias del mes
de otubre de mil y seiscientos y sesenta y siete años, estando en la hermita de
Jesus Naçareno por no estar acavadas de rredificar las Cassas del Conçejo de
esta villa…”. La ermita de Jesús estaba en la calle Real, como se
dijo. Nótese que se especifica claramente “reedeficar”, no que fuese una obra
de nueva planta. En 1673 el Concejo ya se reunía en su lugar habitual, por lo
que la reconstrucción de la actual Audiencia se hizo entre esos años.
La iglesia y el cementerio no eran los únicos sitios
donde las autoridades y vecinos se reunían “a Conçejo llamados”.
Así, el 08-05-1530 lo hacían “estando [juntos] y congregados delante las puertas de la
mujer de Benyto Rruyz Rrico ,vezina desta dicha villa”, y al año siguiente, el 25-02-1531, el escribano
levantaba acta del concejo celebrado “estando delante donde de las puertas donde
faze su continua morada Ana Lopez, mujer de Pero Diaz de Luna, difunto…”.
Villanueva, según la concordia de 1500 con Pedroche,
solo contaba con un alcalde para lo civil; al no haber competencias en lo penal
no tenía por qué haber cárcel.
El 11-02-1540 se presentaron ante el alcalde, Pero Martin Vaquero, los
herederos de Diego Rruyz de Pedroche y Mari Sanchez la Fustera para realizar el
inventario y partición de sus bienes. Uno de los interesados alegó no estar en
condiciones de hacerlo al estar en la cárcel y no poder salir de ella, haciendo
la declaración en la casa del “alguazil”, Miguel Martin Gannan. Poca cárcel
habría de haber en Villanueva cuando el aguacil tenía que poner su casa para
que declarase un reo.
La cárcel vieja de la que daba cuenta Ocaña Torrejón
en la esquina de las calles Cerro y Conquista debió de hacerse algo después del
tiempo en que andamos, la primera mitad del siglo XVI, quizá cuando a partir de
1553 adquiere el rango de villa y sus justicias tienen también competencia en
lo penal. (La cárcel ya existía en 1592, según se deduce de la carta de
obligación otorgada el 12 de octubre de ese año, ante el escribano Anton
Martinez Moreno, por Juan de Molina, zapatero, y Maria Munnoz, su mujer, de dar
a Diego Munnoz de la Camara 21 ducados, “por rrazon de que siendo alguazil mayor el dicho Diego
Munnoz Camara predio a mi el dicho Juan de Molina por aver rresultado culpado
en la muerte de Miguel de Montoro, y llevandome a la carçel le huy e me solte
del, y por esta causa prendieron al dicho Diego Munnoz y estuvo preso muchos
dias en Cordova…”.)
No hay tampoco referencia alguna a otro edificio
emblemático de la plaza, el actual Ayuntamiento,
donde en el siglo XVIII se ubicaron la cárcel en la planta baja y el pósito en
la superior. Por la 26ª respuesta general del Catastro de Ensenada, sabemos que
a comienzos de ese siglo había allí la denominada “casilla de los curas”, que
compró el Concejo para la construcción de la cárcel y pósito a comienzos del
XVIII. En 1591 Antonio de Jaen, rector de la parroquia, compró la casa donde
vivía en la plaza pública: acaso se trate del mismo edificio.
El 18-07-1552 el mayordomo del Concejo de
Villanueva, Anton Martin Serrano, presentó la relación de gastos e ingresos del
municipio, entre los que se encontraban seis reales y medio que pagó a Anton
Lopez, carpintero, por ciertas obras “que hizo para la carneçeria desta villa”. La carnicería también se encontraba en la plaza, en la esquina del camino a
Obejo (hoy calle Ramón y Cajal), en el lugar donde luego estuvo luego el Círculo
Recreativo o casino y hoy es sede de la Hermandad de la Virgen de Luna. Tenía
una función recaudatoria, para controlar la cantidad de consumo y pagar en
función de la misma.
CASAS Y CALLE.
En los distintos documentos notariales estudiados
aparecen numerosas propiedades, tanto rústicas como urbanas, en las que figuraban
dónde estaban y quiénes eran sus linderos.
Sobre las últimas, en los protocolos de 1539-1541 aparecen
citadas expresamente 22 casas (más concretamente, 21 casas y un “palaçio”),
además de diez corrales (que suponemos pertenecerían a otras casas diferentes)
y seis solares, dos de ellos repartidos a vecinos en el “exido” de la población. Contamos
pues solo con referencias a 33 edificios habitados, para una población de 200
vecinos (unos 740 habitantes) en 1541.
S obre el palacio, no parece que se tratara de una
casa suntuosa, destinada a grandes personaje. En la cuarta acepción de
“palacio” del diccionario de la Real Academia se dice que es “en el antiguo
Reino de Toledo y Andalucía, sala principal en una casa particular”. En el Tesoro de la lengua española de Sebastián de Covarrubias Orozco, publicada en 1611, nos encontramos en su
entrada “palacio”: “… en las casas particulares llaman el Palacio una sala
que es comun, y publica, y en ella no ay cama, ni otra cosa que embarace. Este
es termino que se usa en el Reyno de Toledo”. Parece que se trataba
de un edificio con una especial distribución, distintita a la de las casas
comunes, que se encontraba en la calle Real.
Tabla 1. Casas y corrales de Villanueva
de Córdoba citados en protocolos notariales, 1539-1541.
Casa
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Linderos
|
Casas de Juan Garçia Buenestado, difunto
|
Casas y corral de Mari Rruyz ... casas e corral de Miguel Rruyz Pozuelo …
con la calle Rreal de Sus Altezas … con corral de la yglesya de San Miguel
|
Casa de Anton Rruyz Moreno
|
Casas donde faze su continua morada
|
Casa de Diego Rruyz Bermejo y de Catalina Garçia la Rrica
|
Linda con herrennal de menores en tutoría de Anton Rruyz Moreno
|
Casa con corral e guerto de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez, difuntos
|
Alinda con corral de Anton Garçia Pozuelo... corral de Bartolome Lopez
Vaquero ... calle del Rrey
|
Casas y corrales Diego Rruyz de Pedroche e de Mari Sanchez, difuntos
|
Casa e corral de Gonçalo Fernandez de Cantalobos y con la calle Rreal de
Sus Magestades… hermita de San Sebastián … solar de Andres Garcia de Ledesma
|
Casa de Miguel Martin Gannan, alguazil
|
No constan. Declara un preso
|
Casas de los herederos de Anton Martin Vaquero
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Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
|
Casa de Diego Hernandez Paniagua
|
Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
|
Casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
|
Linderos Juan Garcia Pozuelo e con Marina Rruyz la Ferrera
|
Casa y corral de Miguel Sanchez Gannan
|
Linde herrenal de herencia Pero Hernandez Paniagua
|
Casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Alindan con corral herederos de Pero Rruyz de los Tinadones e casas de
Benito Diaz de Andujar, difunto
|
Palaçio tejado de los herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la
Serrana
|
Alindando con el corral de las casas de arriba, e con la calle Rreal e
con corral de los fijos de Benyto Diaz
|
Casa de herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Linda casa de Pero Martin Vaquero e por la otra con la calle Rreal o
Rreal de Sus Magestades
|
Casa de herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Alinda por la una parte con casa e corral de Miguel Ximenez Ferrero e por
la otra parte con Marta Rrodrigues
|
Casas e corral de Miguel Rruyz Pozuelo
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Linde con casas de Juan Garçia Buenestado difunto
|
Casa e corral de Gonçalo Fernandez de Cantalobos
|
Linde con casas y corrales Diego Rruyz de Pedroche e de Mari Sanchez
difuntos
|
Casa de Juan Garcia Pozuelo
|
Linde casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
|
Casa de Marina Rruyz la Ferrera
|
Linde casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
|
Casas de Benito Diaz de Andujar, difunto
|
Linde casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la
Serrana
|
Casa e corral de Miguel Ximenez Ferrero
|
Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Casa de Marta Rrodrigues
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Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Casa de Pero Martin Vaquero
|
Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Corral
|
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Corral de Anton Garçia Pozuelo
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Linda con herederos de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez
|
Corral de Bartolome Lopez Vaquero
|
Linda con herederos de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez
|
Corral de Martin Garçia Pozuelo
|
Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
|
Corral de herederos de Pero Rruyz de los Tinadones
|
Linde casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la
Serrana
|
Corral de los fijos de Benyto Diaz
|
Linde Palaçio tejado herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
|
Corral de Rruy Diaz
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Linde con un solar en el exido e con corral de Juan Garçia Prieto
|
Corral de Juan Garçia Prieto
|
Linde con un solar en el exido
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Corral yglesia San Miguel
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Linde solar de Andres Moreno en el exido y huerto de Diego Lopez Rrico
|
Corral de Miguel Rruyz Pozuelo
|
Linde con casas herederos Juan Garcia Buenestado
|
Corrales de Juan Diaz de Luna
|
Linde herrennal tutor Anton Rruyz Moreno
|
De las veintidós casas cuatro de ellas lindaban con
la que se denominaba “calle del Rrey”, o “calle Rreal”, o “calle Rreal de
sus Magestades”, o “calle Rreal de Sus Altezas”, o “calle de Sus
Magestades”. Parece que se trata de una única calle, la que hoy
seguimos denominando calle Real. No existe mención alguna a ninguna otra calle.
Ello no quiere decir, claro está, que no las pudiera haber; aunque tampoco
podemos presumir que existieran, además de la que sí está confirmada, la calle
Real.
El que hacia 1540 había muy pocas calles en
Villanueva lo muestra un par de documentos cincuenta años posteriores. En el
primero, fechado el 07-07-1591, Catalina Sanchez la Pozuela, viuda de Alonso
Garçia Fustero, vendía “un corral çercado que yo tengo en esta villa alindando
con corral de Alonso Hernandez de Segobia y con la calle que sale al camyno de
la campiña”. Este camino es el que iba por las actuales calles San
Sebastián y Córdoba, por lo que podría ser la misma calle Real o alguna
perpendicular a ella, como las hoy calles Amargura o Manuel Ayllón.
El segundo es la venta el 07-06-1592 de Anton Martin
Aserrador y Maria Sanchez, su mujer, a Alonso Rromero y Catalina Sanchez, su
mujer, de medio huerto con un pozo “en la calle que sale del camino de Pedroche”,
por lo que podría ser la calle Contreras o Rey.
De todas formas, es muy significativo el uso del
artículo determinado “la” para referirse a estas dos calles; es previsible que
de haber varias habría habido que asignarles un nombre propio para
distinguirlas.
En los protocolos de 1610-1611 ya van apareciendo más
calles, callejones y lugares habitados:
ü 20-03-1610.
Martin Garcia Molinero, de la calle de las Ventas, otorga un codicilo del
testamento anterior. (La calle las Ventas es la actual calle San Gregorio,
aunque en ese tiempo es posible que correspondiera a las que son hoy las calles
Mártires o Cañuelo).
ü 21-06-1610.
Francisco Rruyz Camara vende a Juan Garcia Torralbo, hijo de Alonso Sanchez, un
corral cercado a la salida de la calle de Pedroche que linda con corral del
Concejo y corral de Pero Gomez Torralbo, por 18 ducados.
ü 31-12-1610.
Gonçalo Maduenno y a Catalina Rrodriguez la Rrodriga, su mujer, compran a de
los herederos y albaceas de Miguel Martin de San Benito un corral cercado en la
calle que sale para San Gregorio, que linda con corral de los compradores y
corrales de Anton Garcia, por 65 ducados. (La calle que sale para San Gregorio,
pero, ¿desde dónde sale?)
ü 15-02-1611.
En el inventario de los bienes que aportó Alonso Sanchez Rromero, hijo de Symon
Rruyz Rromero, a su matrimonio con Vitoria Rruyz, hija de Aparicio Fernandez,
figuran “unas casas en esta villa baxo de
la fuente de Juan Blanco linde con casas de Pedro Martin Herruzo y de la viuda
de Anton Garcia de Mingo Rrodriguez, vezinos de esta villa, en quarenta y
quatro ducados”.
ü 09-06-1611.
Diego Rruyz de las Carpinteras de Francisco arrienda del menor hijo de Francisco
Lopez Garrido unas casas junto a la cruz del camino de la Campiña (la cruz de
la calle Córdoba).
ü 26-07-1611.
Benito Sanchez Alcornoquejo arrienda a Diego Munnoz Camara “unas casas pequennas que el susodicho tiene
en la calle Rreal de esta villa, linde con el callejon que sale a la casa de
Pero Cobo”. Debe tratarse del Callejón de la Coba, hoy calle Cervantes, como ya observó Juan Ocaña Torrejón. Es
significativo que este callejón salga a “la” casa de Pero Cobo: no parece que hubiera muchas más en las inmediaciones.
Las más de las casas descritas en los protocolos
notariales de 1539-1541 lindaban con otras casas, corrales, huertos o solares. Pero
la cuarta parte de ellas solo lo hacían con herreñales, con cercas de prado,
sin que se diga que hubiese alguna otra edificación colindante. Da la impresión
de que junto a la parte, digamos, urbanizada -la calle Real entre la plaza (con
la iglesia, cementerio, carnicería y quizá la Audiencia) y la ermita de San
Sebastián, con el camino real como eje-, además habría casas o grupos de casas más
o menos numerosos y dispersos en el primer
ejido de Villanueva.
Manifestaba el escribano Benito Gómez de San Benito
el 03-04-1541 que “se an dado por los
dichos alcalldes e ofiçiales del Concejo de ella, jurado, mayordomo, e alguazil
e otro muchos vecinos que se llegaron, solares a algunas personas en el exido
de la dicha Villanueva para edificar casas”. También
repartió solares en el ejido de Villanueva el Concejo de Pedroche.
El ejido, por definición, era un campo
comunal y colindante con el pueblo, por lo que no debería de estar muy alejado
de la calle Real y la plaza. Poco a poco el ejido se fue edificando al irse
construyendo casas en él, perdiendo su carácter rural. Luego volveremos sobre
él.
Junto con la primera urbanización debió
de ir conformándose una red de caminos
que comunicaran la población con otros lugares. El básico fue el camino real
sobre el que surgió la calle Real. Los documentos citan el camino a la Campiña
(calles Córdoba y San Sebastián), que se encaminaría a Pedroche (por las calles
Herradores y Pedroche).
Por el Plazarejo se saldría hacia
Torremilano y Pozoblanco.
Para Conquista se iría por las calles
Mártires, Conquista y Navaluenga.
Por las calles Cañuelo y Ventas se
comunicaba con la zona de Cardeña y Azuel.
El viajero que venía de Obejo llegaría por
la calle Moreno de Pedrajas, y podría dirigirse a la plaza por la calle Ramón y
Cajal (antiguamente, calle del Torno). También podría tomar desde la Cruz
Chiquita las calles Atahona, Cervantes y Empedrada para llegar a la Fuente
Vieja. Desde aquí podría continuar hacia Cardeña y Azuel (por la calle San
Gregorio, antes Ventas); a Conquista (por calles Alta, Cruz de Piedra y
Navaluenga), o a Torrecampo (por calles Parralejo, Cerro y Torrecampo).
Por las de Laguna del Pino, Peñascal, Compositores
Ochoa, María Cristina y Pozo se podía ir hacia desde la entrada de Córdoba a Conquista,
Torrecampo y Cardeña sin tener que pasar
por la plaza.
Quien desde Córdoba fuese a Pozoblanco
podía atajar tomando las calles María Jesús Herruzo, Torno Alta, Juan Ocaña
(anteriormente, Dehesillas) y Jara. (La calle Torno Alta comenzó a edificarse
en 1761, llamándose al principio “Calle Nueva de las Dehesillas.)
Además, debieron de aparecer callejones
que fueran comunicando los distintos predios o para acceder a los distintos
solares. Por ejemplo, la calle Lepanto (Jetones antes) unía el camino de
Conquista con el de Torrecampo; los caminos a Pedroche y Cardeña se unían por
las calles Quevedo, Ana Cid, Doctor Luna, Fuente Vieja y San Gregorio.
Toda esta esta red viaria habría
servido de eje para la construcción de las nuevas casas, aisladas al comienzo
para ir uniéndose después, poniendo la puerta de la casa en el camino, que
acabó por convertirse en calle al irse construyendo más edificios. Las primeras
personas, o las más relevantes, que habitaron en estas casas iniciales acabaron
por darle nombre a la calle. Por ejemplo, el 15-12-1610
otorgaba testamento Ana Çid, viuda de Martin Fernandez Gannan, en la que le
dejaba a su hija las casas donde moraba. Parece lo más probable que fuera ella
la que nominase a la hoy calle Ana Cid. Del mismo modo, Antonio de Palma o
Lucas de Viveros, contemporáneos de Ana Çid, podrían haber habitado en las que
hoy son calles Palma y Viveros
Si la distancia entre los caminos era
grande, las casas resultantes contaban con amplios espacios para corrales y
huertos, que en buena medida se mantienen en la actualidad. (La calle Olivo se
abrió a comienzos del siglo XX en el amplio espacio que separaba los caminos a
Pedroche y Torrecampo.)
Por esta razón muchas calles actuales
del casco antiguo tienen un recorrido sinuoso, porque mantienen el trazado del
antiguo camino o callejón que fueron en su origen. Se pueden comparar con las
rectilíneas calles Olivo, San Antonio o San Bernardo, trazadas a cordel en el siglo XX.
(Otra pequeña digresión sobre la que se había considerado una de las calles más antiguas del pueblo, la calle Casas Blancas, y adelantándonos siglo y medio al tiempo estudiado. Entre los años 1684-1700 se citan en las actas capitulares del Concejo de Villanueva a 24 calles: ninguna es la calle Casas Blancas.)
(Otra pequeña digresión sobre la que se había considerado una de las calles más antiguas del pueblo, la calle Casas Blancas, y adelantándonos siglo y medio al tiempo estudiado. Entre los años 1684-1700 se citan en las actas capitulares del Concejo de Villanueva a 24 calles: ninguna es la calle Casas Blancas.)
LOS HABITANTES.
El único dato con que contábamos sobre la población
de Villanueva de Córdoba en sus orígenes es la que se daba en la concesión del
privilegio de villa, 280 vecinos en 1553. Vecino, entonces, era sinónimo de
unidad doméstica, por lo que para convertir los vecinos en habitantes los
especialistas valoran diferentes coeficientes, siendo 3,7 de los más aceptados;
con este valor en ese año Villanueva contaría con unas 1.040 personas.
En 1530 Pedroche tenía 1.158 vecinos [10], pero en
su población estarían, además la de la villa cabecera, las de Villanueva de
Córdoba y otras aldeas que aparecen expresamente mencionadas: Navagrande (hoy
despoblado, en el término de Conquista), Las Misas y Fuente del Álamo [11]. El
año anterior de 1529 el Concejo de Villanueva de Córdoba declaraba al alcalde
mayor de Córdoba que su población ya alcanzaba 150 vecinos.
En los listados de los repartimientos comentados
anteriormente figuran los nombres y apellidos de los vecinos, y la cantidad que
pagó cada cual. El 30-03-1539 el Concejo de Villanueva efectuó la primera
repartición, valorándose cada pecha en veinte maravedíes. Aparecen 181 vecinos.
Meses después, el 06-09-1539, se autorizaba la
partición entre los vecinos de hasta veinte mil maravedíes. En esta ocasión la
pecha se estimó en 135 maravedíes, y solo figuran 157 vecinos.
El último reparto se hizo el 20-02-1541, con 18
maravedíes por pecha y un total de 200 vecinos. No todos estaban de acuerdo con
tanto reparto seguido, negándose algunos a pagar este último. El alcalde mandó
al aguacil para su cobro.
FOTO
6
“En Villanueva de Cordoba en tress dias del mes de abril
de mil e quinientos e quarenta e un annos este dia antel honrrado Pero Gomez de
San Benyto alcallde paresçio Alonso Diaz de Ortega cogedor del libro susodicho
e dixo que muchos de los vecinos conthenydos en el dicho libro no le querían
pagar los maravedies conthenydos en el dicho libro que el alcallde le mande que
le faga justiçia.”
Mientras que entre el primer y el último censo hay
poca disparidad en las cifras, sí es grande entre el segundo y el tercero.
Quizá la causa esté en la diferencia del valor de cada pecha, y que en la más
cara no entraran todos los vecinos. O que hubiese una considerable diferencia
de vecindario de un año para otro.
Para el reparto el Concejo nombraba una comisión
para establecer cuántas pechas debía satisfacer cada vecino. Los mayores
contribuyentes en el reparto que se estableció el 29-09-1539 son los
siguientes:
o
Pero Martin Vaquero seis pechas y media,
977,5 maravedíes; alcalde en 1530, 1537 y 1540.
o
Martin Garcia Pozuelo cinco pechas, 675
maravedíes
o
Francisco Diaz de Andujar el Viejo cuatro pechas, 540
maravedíes.
o
Pero Diaz de Luna cuatro pechas, 540 maravedíes; alcalde en
1539.
o
Juan Garcia Pozuelo tres pechas, 405 maravedíes.
o
Anton Martin Paniagua tres pechas, 405 maravedíes.
En el censo que aparece en el reparto de 1541 los
200 vecinos de ese año podrían ser unos 740 habitantes, aproximadamente. En la
declaración de villa de abril de 1553 son 280 vecinos, y en las averiguaciones
para el pago de alcábalas de 1561 figuraban 330 vecinos, aproximadamente 1.220
personas.
Gráfico 1: evolución del vecindario de Villanueva de
Córdoba, 1529-1561.
Como puede comprobarse en la tabla 2, el aumento de
la población de Villanueva entre 1529-1561 fue muy grande, del orden del 17 por
mil anual. En ella se han añadido los datos de la población española en dos de sus
mayores etapas de crecimiento: 1834-1857, con el fin de las estructuras del
antiguo régimen, la puesta en cultivo de nuevas tierras y la implantación del
estado liberal; el crecimiento de la población fue del 11,8 por mil anual. Y la
década de 1960-1970, la edad del baby
boom, que aumentó al ritmo del 11,03 por mil anual.
Tabla 2: crecimiento de la población de Villanueva
de Córdoba, 1529-1561.
Vecinos
|
Habitantes (vecinos*3,7)
|
Incremento interanual
|
‰ Anual
|
|
Vva. Córdoba
|
||||
1529
|
150
|
555
|
||
1540
|
200
|
740
|
185
|
22,73
|
1553
|
280
|
1.036
|
296
|
21,98
|
1561
|
330
|
1.221
|
185
|
18,94
|
1529-1561
|
666
|
17,05
|
||
España
|
||||
1834-1857
|
11,80
|
|||
1960-1970
|
11,03
|
Parece pues que este espectacular aumento desde los
150 vecinos de 1529 no pudo deberse solo al crecimiento natural de la
población, hubo de haber necesariamente un fuerte componente migratorio, y más
desde que en 1500 los vecinos de Pedroche no podían ir a residir a Villanueva.
¿De dónde provenían aquellos habitantes de la
primera mitad del siglo XVI? El pequeño componente inicial habría sido
mayoritariamente vecinos de Pedroche, pero desde 1500 habrían debido de venir
de otros lugares.
Entre los componentes del concejo abierto celebrado en la iglesia de San
Miguel el 30-09-1500 figuraban como vecinos ya de Villanueva “Benyto Rruyz de
Torremilano alcallde de la Hermandad … Diego Garçia de Sanbenyto, Juan Perez de
Pozoblanco”. Es de suponer que procedían de esas
localidades. El que hubiese ya un alcalde de Hermandad implicaría que la
población superaba los treinta vecinos a finales del siglo XV.
En el citado censo de 1541 figuran seis
vecinos que podrían tener el mismo origen: “La muger de Alonso
Garcia de San Benyto, Andres Garcia de San Benito, Pero Gomez de San Benyto, Miguel
Lopez de San Benyto, Benyto Gomez de San Benito escrivano publico, Benito fijo
de Diego Garcia de San Benito”. San
Benito es una pedanía de Almodóvar del Campo, Ciudad Real, aunque se encuentra
mucho más próxima a Torrecampo que a la capital municipal. En el siglo XIV ya
estaba poblada y contaba con parroquia propia. Por el apellido toponímico y la
cercanía parece probable que personas de esa procedencia pasaran a asentarse en
Villanueva.
Otro apellido de posible origen
toponímico es el de Alonso Martin Allozo, quien consta en los tres
repartimientos y en otros documentos de hacia 1540. El Allozo era una aldea
creada a mediados del siglo XIV, y que estuvo en las inmediaciones de
Villanueva del Duque. A inicios del siglo XVI comenzó a despoblarse, pasando
sus habitantes al cercano lugar que pasó a llamarse “Villanueva” [12], del
Marqués primero y luego del Duque.
Más apellidos de posible origen toponímico que
aparecen en la documentación de 1500-1552 son los siguientes: Juan Perez de Pozoblanco; Juan Marquez de Lerma; Diego Rruyz de Pedroche; Juan Rrodrigues de Pedroche; Diego
Sanchez de Pedroche; Antonio Rruyz de Torremilano; Benito Rruyz de Torremilano;
Diego Lopez de Carmona; Alonso Rruyz de Pero Abad; Francisco Martin de la
Fuencaliente; Francisco Diaz de Andujar; Alonso Hernandez de Segovia; Juan
Lopez de Santofimia y Cristobal Rruyz de Linares.
La intención de Pedroche en 1500 con la
cláusula del acuerdo que impedía a sus vecinos asentarse en Villanueva era no
perder importancia demográfica en favor de esta, pero el devenir de los tiempos
impuso otro desenlace.
Contamos con el vecindario de ambas
poblaciones de unas averiguaciones para alcábalas de 1561, y otras hechas con
el mismo motivo en el 1594 en Villanueva y Pedroche en 1595 [13], además del
reparto entre las Siete Villas de los frutos de la Dehesa de la Jara, según el
vecindario de cada una, de 1657. En el transcurso de ese siglo los valores de
población se invirtieron, pasando la población de Villanueva a duplicar la de
Pedroche. Los resultados se muestran en el gráfico 2:
Gráfico 2: evolución del vecindario de Pedroche y
Villanueva de Córdoba, 1561-1657.
EL “EXIDO”.
El ejido era una institución
castellana, un espacio rural junto al pueblo de disfrute y uso comunal, para
que los vecinos pudieran realizar diferentes labores. Indica John Edwards (La España de los Reyes Católicos) que su
nombre deriva del latin exitus,
porque usualmente se encontraba en el camino de salida de la población.
Antes de la aparición en la
documentación de una dehesa propia en 1552, solo se cita en los protocolos
notariales al “exido” como espacio común de los “vezinos e moradores” de Villanueva, donde “los dichos alcalldes e ofiçiales del Concejo de ella, jurado,
mayordomo e alguazil e otro muchos vecinos que se llegaron solares a algunas
personas en el exido de la dicha Villanueva para edificar casas”. Este reparto pudo suponer un interesante atractivo para
atraer nuevos pobladores, pues el incremento de población entre las décadas de
1530 y 1560 fue más que notable. Y más si estos solares se regalaban o vendían
a precios muy bajos.
El precio resultaba asequible, pues el
05-06-1539 los oficiales de la villa y “otros muchos vezinos desta dicha villa ansy juntos ovieron su
acuerdo de vender un solar en el exido de esta villa que
alinda con guert[o] de Diego Lopez Rrico y con corral de la yglesia de San
Miguel yglesia mayor desta villa”. Fue
rematado por Andres Moreno en dos ducados, 750 maravedíes. Ese mismo año una
casa en la calle Real se tasaba en 5.000 maravedíes, 3.100 maravedíes un buey
domado y 2.000 maravedíes una vaca.
No solo había solares en el ejido. Además
de ellos aparece “una çahurda en el
exido” propiedad de los herederos de Pero
Alonso Calvo y Ana López, valorada en 300 maravedíes.
Carecemos de información sobre la
ubicación precisa de aquel primer ejido de Villanueva, salvo en una mención de
finales del siglo XVI. En los protocolos del escribano Antonio Martinez Moreno
figura el 07-06-1592 de Francisco Ximenez Herrero y Francisca
Ximenez, su mujer, a Anton Sanchez Loçano, la
venta de
“un pedaço de
tierra para corral que nosotros avemos junto a esta dicha villa junto a la
parte que dizen Pozo las Vacas, que alinda con el exido de esta dicha villa, y
con tierras de nos los dichos vendedores, y con tierra para corral de Martin
Fernandez Gannan”. El Pozo de las Vacas se encontraba al final de la
actual calle Pedroche, entonces camino a tal localidad. Y, evidentemente, el exido
estaba en sus inmediaciones, como muestra el documento de compraventa.
Podemos intentar acercarnos a dónde
estuvo el ejido gracias a los solares que de él salieron, y a las primeras
casas conocidas que se edificaran en ellos.
En los protocolos de 1539-1541 se
nombran expresamente seis solares. Uno de ellos lindaba con la calle Real. Otro
lo hacía con el camino real y la ermita de San Sebastián (que hoy continúa
estando en el mismo sitio, en lo Alto del Santo).
Tabla 3. Solares en el ejido de
Villanueva de Córdoba, 1539-1541.
Solar
|
Linde
|
Solar de Andres Garcia de Ledesma
|
Hermita San Sebastián y camino rreal
|
Solar de Rruy Diaz
|
Con un corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan Garçia Prieto
|
Solar de Andres Moreno
|
Alinda con guerto de Diego Lopez Rrico y con corral de la yglesia de San
Miguel
|
Solar con casa de la herencia Juana Lopez
|
Linde casa de Pero Martin Vaquero y calle Rreal.
|
Solar de la tutoría de Anton Rruyz Moreno
|
Alinde del herrennal de Juan Diaz de Luna e de Pero Gomez
|
Solar de la tutoría de Ysabel Diaz de Luna
|
Alinda con Benyto Garçia del Castillo
|
El solar que el 16-05-1541 concedió el
Concejo de Villanueva al jurado Rruy Diaz de Luna estaba “alindando con un corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan
Garçia Prieto”. Por otro documento
notarial de 1591 se sabe que Francisco Fernandez Toribio, casado
con Juana Portillo, tenía “una casa en la plaça publica de esta villa lindando con
casas de Rruy Diaz de Luna y de Benito Gomez escribano”. O sea, el
solar que le dieron al jurado Rruy Diaz de Luna, lindando con su casa, estaba
en las proximidades de la plaza.
Por lo tanto, la mitad de los solares conocidos en
1541 estaban inmediatos a la calle Real y la plaza. En tiempos posteriores, a inicios del siglo XVII, había ya
casas en la calle Cervantes, calle las Ventas y junto a la fuente de Juan
Blanco. Por lo tanto, parece que, al menos, el ejido se extendía inmediato al
norte y este del eje plaza-calle Real-ermita de San Sebastián. (Decimos al
menos porque el espacio al oeste de la calle Real, hacia el Calvario, también
fue propiedad del Concejo, aunque la verdad es que no sabemos desde cuándo;
podría ser parte del primitivo ejido que se edificó posteriormente.)
Hay dos elementos urbanos que quizá
estén relacionados con el espacio urbanizado de Villanueva de hacia 1540: son
las cruces de Cañuelo y de la calle
Herradores. Ahora están en pleno centro, pero en sus orígenes estas cruces
de término se levantaban en el extrarradio, a unos centenares de pasos del
pueblo, como anunciando su presencia a los caminantes.
Algunas de ellas llegaron a finales del
siglo XIX en las afueras, como la de la calle Pedroche, la que había en el
camino a Obejo (hoy calle Moreno de Pedrajas, la “Cruz Chiquita”) y la que se
encontraba en el Calvario, entre los caminos a Obejo y a la Bermejuela. Hasta
que se construyó la carretera ya entrado el siglo XX la Cruz de Cañuelo estaba
en medio de la calle, en el cruce del camino de las Ventas de Cardeña y Azuel
con el callejón que se desviaba del camino real de Pedroche para ir a la Fuente
Vieja (calles Quevedo, Anacid y Doctor Luna).
La cruz de calle Herradores continúa al
lado de lo que fue el camino real. Podría ser que ambas se construyeran antes
de la concesión del título de Villa en 1553, cuando Villanueva se articulaba
alrededor de la plaza y la calle Real, y estaban muy cercanas al pueblo, pero
en su origen fuera de él y en pleno campo o ejido.
Otro indicio es la arquitectura
tradicional. Fotografías de inicios del siglo XX muestran numerosas casas en la
calle Real con la puerta rematada con un arco y a veces enmarcada con un alfiz
y adornada con remates semiesféricos. Son similares a las portadas laterales de
la iglesia de San Miguel de la década de 1560. Hoy solo se conservan dos de
estas fachadas en edificios civiles, en la plaza y en la calle Pozoblanco, que
pueden remontar su construcción al menos a finales del siglo XVI.
Podemos hacer una propuesta de la
ubicación del ejido (o de la parte de él en que primero se construyeron
edificaciones) basándonos en los solares y casas conocidos, y la topografía
caminera de la época. Al menos una parte de él podría haber estado perimetrado
casi desde la misma plaza, por el camino a Pozoblanco y Torremilano hasta
llegar a su cruce con la vía pecuaria por Obejo (en el Regajito). Proseguiría
por ese camino de carne por las calles actuales Industria, Egido (que habría
conservado su nombre a través de los siglos), Fuente y Casas Blancas para
llegar al ramal de la vía pecuaria que se dirigía por Adamuz, por las calles
Castillejos, Ventura, Cruz de Piedra, Nieve, Sol, Peñascal y Laguna del Pino
para alcanzar el camino real cerca de La Zorrera, en el camino hacia Adamuz.
Esta zona habría sido la de expansión urbana desde el primer núcleo en la calle
Real.
EL MEDIO RURAL.
Los habitantes de Villanueva eran
básicamente agricultores y ganaderos, solo se citan en los protocolos de
1539-1541 a un albañil y a un carpintero, y en 1500 a un zapatero.
Los propietarios de bueyes obtenían una
renta de ellos alquilándolos para las labores de barbechera y siembra.
Distintos vaqueros se encargaban de las reses de los vecinos a cambio de una
soldada, que en ocasiones pastaban por la zona de entre Navaluenga y los
Riñosillos y Fuente los Peces, al este de Villanueva.
Los cultivos básicos eran el trigo,
cebada y centeno, aunque también se sembraba lino para la fabricación de tejidos. Solo hay constancia de tres
propiedades de viñas que quizá
estuviesen en Villanueva, porque hay más referencias a personas que heredaron
majuelos en Pedroche. (En los protocolos notariales de 1591 sí hay ya varias
compraventas de viñas en Villanueva en los pagos de la Posadilla, Pozo Nuevo y
Nava el Caballo.)
La dehesa
de la Jara se encontraba a muy escasa distancia de Villanueva, por lo que
sus naturales tomaron de ella su gentilicio de “jarotes”. Como espacio acotado
surge hacia 1470 y aunque al comienzo los vecinos de Córdoba tenían derecho a
la montanera, eran los vecinos de los Pedroches los principales beneficiarios
de ella, y en exclusiva ya en el siglo XVII.
También aparece citada la dehesa de las
Navas del Emperador, igualmente
dehesa para aprovechamiento de los vecinos de los Pedroches. El 05-09-1539 “Pero Diaz de Luna,
alcallde hordinario desta dicha villa, dixo que a su notiçia avya venydo que en
las Navas, termino e tierra de Cordoba, se avya soltado de entre pastores un
fuego, e que avya mandado ir quatro hombres al dicho fuego a lo apagar y mirar
de donde salio y que los dichos hombres le avyan dicho que avya salido dicho
fuego de una majada de ovejas y que tenya que hera de Alonso Martin Paniagua,
vezino desta dicha villa”. Fue condenado al pago de 300 maravedíes, que fueron
aplicados a los propios del Concejo.
Ese mismo año un vecino de Adamuz obtuvo del Concejo de Córdoba una
licencia para cortar madera en el término de Pedroche. El alcalde Pero Diaz de
Luna refrendó la licencia y el vecino de Adamuz fue “a las Navas del
Emperador dehesas de esta villa e corto mucha cantidad de enzinas canperas
rrasas por el pie e sabido por los alcalldes de esta dicha villa de Pedroche
hizieron su ynformaçion e visto como avia cortado mucha mas madera de la
liçençie que tenya …mandaron prender al dicho Alonso de Adamuz que corto la
dicha madera e lo enviaron preso a Cordova ante la justiçia de la dicha çibdad
… e fue condenado en mas cantidad de quatro mil maravedies…”. O sea, cortar más encinas de las permitidas suponía entonces
cárcel y una fuerte multa.
Ya se ha comentado anteriormente los
conflictos que se sucedieron cuando los alcaldes de Villanueva nombraron
guardas para la Dehesa de la Jara.
Los herederos de Pero Alonso Calvo y
Ana Lopez tenían también “una çahurda en la Xara” apreciada en doscientos maravedíes.
En los protocolos notariales de entre
1529-1541, especialmente en los de inventarios de bienes, herencias y
particiones, aparecen numerosas propiedades
privadas rústicas, en las que se indicaba su localización y linderos. De
algunas ignoramos su ubicación, como el “Labrado de Anton
Ximenez” o la “Hera del Merchan”, pero otros siguen conservando el nombre actualmente.
La cercanía de Villanueva al extenso
término de Montoro (hoy Cardeña en lo que fue su mitad norte) favoreció que,
primero vecinos de Pedroche y luego de Villanueva, trabajaran aquellas tierras
inmediatas al término de Pedroche, que llegaba hasta el camino real de la Plata.
Como se vio arriba, en 1530 vecinos de Villanueva labraban en los pagos de
Navalazarza, Ventas Nuevas y Torrubia, hoy en el término de Cardeña.
Asimismo aparecen nombres de ventas que estaban cercanas a
Villanueva para que los viajeros pudieran, como se decía en la época, “acogerse a viandas e a lo que menester hubieren”
en el tránsito por los caminos. Cinco de ellas (Dos Hermanas [Venta del
Puerto], Venta Velasco, Venta de la Cruz, Venta la Aljama y Ventas Nuevas) estaban
en el camino de la Plata. La otra, Venta Pennuela (Venta Peñuela), se encontraba en el camino real de
Pozoblanco a la Campiña, cerca del cruce de este con el camino de Obejo a
Villanueva.
(Un apunte sobre Venta Velasco. En 1546
Pedro Juan de Villuga publicó el Repertorio de todos los caminos de España hasta agora nunca
visto, en el cual hallará cualquier viaje que quiera andar, muy provechoso para
todos los caminantes. En su
camino nº 89, de Toledo a Córdoba, figuraban al norte de Córdoba las ventas de
Porcarizas (Conquista), Ventas Nuevas, Venta la Aljama, Venta de la Cruz, Venta
los Locos, Venta de Orán… Venta Velasco, que está un kilómetro y medio al norte
de Venta los Locos y a uno al este de la Venta de la Cruz, no aparece en la
documentación de Villuga. Sí se nombra Venta Velasco en un documento fechado el
25-11-1540, la relación de bienes del difunto Pero Hernandez Paniagua, de los
que se hizo cargo su viuda Ysabel Diaz de Luna.)
FOTO 7
“Pareçiose encargada por la dicha carta quenta la dicha Ysabel
Diaz en otra faça de tierras ques baxo de la Venta Velasco que alinda con Juan
Garcia Pozuelo vezino desta villa”. 25-11-1540.)
Tabla 4: Topónimos rurales citados en
protocolos notariales y actas de los Concejos, 1530-1541.
Lugar
|
Tipo
|
Término actual
|
Situación respecto a Vva.
|
Propiedades privadas
|
|||
Aguadulçe
|
Viña
|
Villanueva
|
S
|
Arroyo del Pozo la Quenta donde dizen el Armadilla
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
SE
|
Baxo de la Venta Velasco
|
Haza de tierra
|
Cardeña
|
SE
|
Bodonal
|
Haza de tierra
|
Almodóvar del Campo
|
NE
|
Canatillas de Rromero
|
Sembrado trigo y linaza
|
||
Cannada Encinanana
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
|
Cannada Juanagil
|
Haza de tierra
|
||
Cannadas de Juan Rruyz
|
Haza de tierra
|
||
Çerro Madronno
|
Haza de tierra
|
||
Charco Rromero
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
E
|
Dos Hermanas [Venta del Puerto]
|
Haza de tierra- Venta
|
Adamuz
|
SE
|
Gongora
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
E
|
Hera el Merchan
|
Haza de tierra
|
||
La Fresnedilla
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
SW
|
Labrado de Anton Ximenez
|
Viña
|
||
Labrado Madalena [Cañamalena]
|
Tierra de labor
|
Villanueva
|
E
|
Los Fresnillos
|
Tierra de labor
|
Villanueva
|
SW
|
Majuelo los Odreros
|
Viña
|
Pedroche
|
NW
|
Moralejo
|
Viña
|
Pedroche
|
NW
|
Nava el Maestre
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
E
|
Nava el Moralejo
|
Tierra de labor
|
Pedroche
|
NW
|
Rrosalejo
|
Haza de tierra
|
Villanueva
|
NW
|
Val de Herreros
|
Viña
|
Pedroche
|
NW
|
Otros topónimos
|
|||
Xara
|
Dehesa
|
Pedroches
|
SW
|
Navas del Emperador
|
Dehesa
|
Villanueva
|
SE
|
Cannadillas de la Barquera
|
Pasto de ganado
|
Villanueva
|
E
|
Charco Escondido
|
Pasto de ganado
|
Villanueva
|
E
|
Fuente los Peces
|
Pasto de ganado
|
Cardeña
|
SE
|
Navalazarza
|
Labrado
|
Cardeña
|
E
|
Navaluenga
|
Pasto de ganado
|
Villanueva
|
NE
|
Riñosillos
|
Labrado
|
Villanueva
|
E
|
Torrubia
|
Labrado
|
Cardeña
|
NE
|
Ventas Nuevas
|
Venta-Labrado
|
Cardeña
|
E
|
Venta de la Cruz
|
Venta
|
Villanueva
|
SE
|
Venta de la Aljama
|
Venta
|
Villanueva
|
SE
|
Venta de la Peñuela
|
Venta
|
Villanueva
|
S
|
Venta Velasco
|
Haza de tierra-Venta
|
Villanueva
|
SE
|
Los vecinos de
Villanueva tenían propiedades en Pedroche, sobre todo procedentes de herencias,
pero también en otros términos como Adamuz y Almodóvar del Campo. La mayoría de
las propiedades privadas estaban al S y E de Villanueva, pues por el NW estaba
Pedroche.
LA “DEFENSYON DEL ARROYO
DEL POZO LA CUENTA”, PRIMERA DEHESA DE PROPIOS.
Los habitantes de Villanueva se sentían ninguneados
respecto a la villa donde recaía la jurisdicción, Pedroche. Aunque lo
intentaron en 1504, carecían de propios o una dehesa boyal para el exclusivo
aprovechamiento de sus vecinos o para generar ingresos, en los que
pudieran meter sus ganados, abastecerse de leña o madera, poder sembrar o
vender sus frutos para beneficio del Concejo.
En 1538 decidieron pasar a la acción, ocupando las
tierras de un arroyo. Pedroche denunció el acto, y ante la ausencia de fondos
municipales algunos vecinos adelantaron seis mil maravedíes para poder seguir
el pleito.
El 21-08-1538 el Concejo de Córdoba atendía una petición del de
Villanueva, autorizando que se repartiesen tres mil
maravedíes entre los vecinos y moradores. El Concejo de Villanueva procedió a
repartir lo autorizado “para pagar a los
vezinos de esta villa los maravedies que se gastaron en defensyon del arroyo
del Pozo la Cuenta”.
FOTO 8
“nuestra Villanueba de Cordoba y ofiçiales e
omes buenos della como vimos la petiçion que por vuestra parte fue dada en
nuestro Cabildo por la quel dezis que en su Conçejo a trata çierto pleyto con
vezinos particulares vezinos desta dicha villa sobre çierta tierra y un arroyo
que esta en lo rrealengo que thenyan tomado e ocupado y por quanto es Conçejo
no tenian propios para seguyr el dicho pleyto tomo prestados de algunas
personas seyss mil maravedies segund pareçia y contava por çierto testimonio
que ante…”. Concejo de Córdoba, 21-08-1538.
Tenemos más referencias del sitio. Entre
los bienes que legó Martin Gil Paniagua estaba “una haça de tierras questa en el arroyo del Pozo del Quenta
donde dizen la Armadilla”.
Al sur de Villanueva, y muy próximo a ella, existe un arroyo llamado hoy
de la Almadilla, que cruza la carretera a Adamuz en el conocido como Cercón del
Niño Herruzo. Nace un poco más arriba, cercano a un pozo público, llamado actualmente Pocito de los Adobes, a la salida por
el Montecino. El pozo está a medio kilómetro del primitivo poblado de la calle
Real (a donde se llegaría por la calle Cepas y el Callejón de la Báscula), en
el camino que se dirigía a Montoro por la Loma de la Higuera (más corto que el
otro trayecto a esa población, del que se habló arriba, la vía pecuaria que
pasa por la actual estación del AVE) y, quizá no por casualidad, en el extremo
opuesto a Pedroche. Si sobre cuál fue o dónde estuvo el Pozo la Cuenta hay
dudas, el lugar de la Almadilla, en general, sí es conocido.
Parece que la “defensyon” de aquellos vecinos no quedó en
balde. El 18-07-1552 se reunía el Concejo para leer una provisión real por la
que se autorizaba un nuevo reparto entre el vecindario de hasta 50.000
maravedíes, aunque también planteaba en ella “sy es provechoso al dicho Conçejo que se venda algun pedaço de dehesa o
exido o echarse por repartimiento los dichos maravedies entre los vecinos de la
dicha villa”. Estas dehesas no podían ser la Jara ni
las Navas del Emperador porque el Concejo de Villanueva carecía de capacidad
para su enajenación.
El primer paso fue presentar las cuentas del concejo.
Entre los ingresos estaban varias multas a personas por “siertos puercos que
avian entrado en la dehesa desta villa”, o “porque se le entraron
las ovejas en la dicha dehesa”. Entre
los gastos constaban haber pagado “tres rreales a Francisco
Munnoz Barvero por rrazon de aver guardado la dehesilla desta villa”, y “a Juan Rruyz Pozuelo
dozientos y sesenta y çinco maravedies y medio que pareçe que dio a çiertos
honbres que fueron a lindar la dehesa desta villa”.
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“Pareçio por otro mandamyento firmado del alcallde y escribano
aver dado el dicho mayordomo a Juan Rruyz Pozuelo dozientos y sesenta y çinco
maravedies y medio que pareçe que dio a çiertos honbres que fueron a lindar la
dehesa desta villa”. Concejo de Villanueva de
Córdoba, 18-04-1552.
Posteriormente, varios vecinos prestaron
declaración al planteamiento de la venta de la dehesa que hacía el Rey,
recomendando mayoritariamente que no se hiciese al ser el único lugar para
aprovechamiento común. Esto indica que el año antes de obtener el ansiado
título de villa Villanueva ya contaba con una dehesa propia, y por la
referencia al deslinde ese mismo año, parece que se obtuvo no lejos de esa
fecha. No hemos encontrado referencias a dónde pudo encontrarse ni cuándo se
concedió, pero la que fue dehesa de los propios de Villanueva, la Dehesilla de
Peña Martos, al sur de la población, la cruzada el arroyo de la Almadilla. Y
dehesilla era también llamada en 1552.
Queda mucho por conocer de ese tiempo, antes de que
Villanueva fuera villa con jurisdicción propia en 1553, como todo el proceso de
emancipación; la ubicación del primer ejido y su proceso de urbanización; o la
forma de conseguir la primera dehesa de propios.
NOTAS
[1] Juan Ocaña Torrejón (1972): Callejero de Villanueva de Córdoba. Colección de datos históricos, pág. 25.
[2] Miguel Muñoz Vázquez, “Documento inédito para la historia de
Villanueva de Córdoba”, Revista de Feria
de Villanueva de Córdoba de 1989.
[3] Quintanilla González E. R. (2003) “El desarrollo del territorio de
Oveja en época medieval: alfoz, dehesas, cotos y egidas. Estudio
histórico-geográfico”, Crónica de Córdoba
y sus pueblos IX, pp. 178-179.
[4] Juan Bautista Carpio Dueñas, María Dolores Martínez Fernández (1994): “Un caso más de independencia de una
aldea respecto a una villa: Torrecampo”,
Historia Medieval: actas del II Congreso de Historia de Andalucía, Vol. 2, págs. 91-98.
[5] Juan Ocaña Torrejón (1981): Villanueva de Córdoba. Apuntes históricos, págs. 17-18.
[6] Juan Gregorio Nevado Calero (2005), “Villanueva de
Córdoba en sus orígenes”, Villanueva de
Córdoba ayer y hoy, Actas de las Primeras Jornadas de la Real Academia de
Córdoba en Villanueva de Córdoba (20 noviembre 2004), pag. 28.
[7] Juan Gregorio Nevado Calero, “Villanueva de
Córdoba en sus orígenes”, pág. 29.
[8] Ocaña Torrejón, Villanueva
de Córdoba… pág. 61.
[9] Ocaña Torrejón, Villanueva
de Córdoba… pág. 165.
[10] José Ignacio Fortea Pérez (1980), Córdoba
en el siglo XVI: las bases demográficas y económicas de una expansión urbana,
pág. 67.