En el dolmen de Las Agulillas

viernes, 13 de marzo de 2020

VILLANUEVA DE CÓRDOBA EN 1540. II. El pueblo y su gente.


Juan Palomo Palomo. Javier Torralbo Gallego.

Continuamos con el estudio de Villanueva de Córdoba hacia 1540, cuando aun era un lugar dependiente de Pedroche. Como en la primera parte, nos basamos solo en la documentación de la época, sin considerar lo que la tradición oral ha mantenido si no tiene documentación que la sustente.



AUTORIDADES CIVILES

     Con la concesión por Córdoba de las primeras autoridades locales el 06-05-1499 quedaba conformado el concejo de aldea de Villanueva, aunque su pretensión, prácticamente desde el primer momento, fue mostrarse como un concejo en toda regla.
     Las autoridades que se nombran en los documentos son el alcalde, aguacil, escribano, mayordomo de propios, alcalde y alguacil de hermandad y jurado, aunque solo los tres primeros se encontraban en el acuerdo de 1500 entre Pedroche y Villanueva.
* El “alcallde hordinario”, solo uno, aunque en Pedroche y las otras villas con tal categoría existían dos. El nombre procede del árabe “cadí”, juez, pues en principio sus competencias eran jurídicas, aunque con el tiempo tomaron otras de orden administrativo.
     Desde 1500 el de Villanueva solo tenía competencias de causas por lo civil de hasta 300 maravedíes. El primer alcalde de Torrecampo en 1468 las tuvo de hasta 60 maravedíes. Para mayor cuantía o en causas penales la jurisdicción era de Villa Pedroche o Córdoba.
     Las magistraturas locales se renovaban anualmente. Entre algunos de los nombrados en los documentos en 1499 y 1500 fue alcalde Rruyz Lopez; dos alcaldes hubo en 1530, Pero Martin Vaquero y Benyto Diaz de Andujar, hasta que se volvió a uno solo; en 1534, Pero Martin del Pozo; en 1539 fue alcalde Pero Diaz de Luna; en 1537 y 1540, Pero Martin Vaquero; en 1541, Pero Gomez de San Benito; en 1552, lo fue Juan Garcia Prieto.
* “Alguazil”. Era el encargado de mantener la seguridad y hacer cumplir las disposiciones de los magistrados locales.
Conocemos el nombre de algunos: en 1539 lo era Antonio Lopez Torralvo; en 1540, Miguel Martin Gannan, y Diego Rruyz Vaquero en 1541. Ese mismo año se citaba un teniente de aguacil, Antonio Ruyz Lorenço.
* El “escribano publico y del Conçejo” era nombrado por el rey, y para dar “fe en todas las cosas que passaren”, era el encargado de tramitar documentos públicos entre particulares y legalizar los actos realizados por el Cabildo. El primero que conocemos por la documentación es el que fue nombrado por el Concejo de Córdoba en 1499, y el que redactó el 30 de septiembre de 1500 el poder notarial del Concejo de Villanueva para llegar a un acuerdo con Pedroche, Martin Garçia Pozuelo. Del que más documentación contamos es de Pero Gomez de San Benyto, que estuvo en el cargo al menos desde 1537 a 1552.
* “Jurados”. Eran las personas que participaban en los concejos representando al conjunto de los vecinos que, normalmente, eran quienes los elegían. Su función era controlar las actuaciones de las autoridades locales y fiscalizar los ingresos y gastos de la villa. Según el criterio de Pedroche, esta institución no era válida en un lugar de su jurisdicción.
Uno de ellos y durante varios años, fue Rruy Diaz de Luna. El 16-05-1541 el Concejo le otorgó a este jurado un solar “en el exido desta dicha villa en un sosquin alindando con un corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan Garçia Prieto vecinos de esta dicha vylla el qual dicho solar dieron al dicho Rruy Diaz por le fazer bien e cumplidamente e por quytar el dicho sosquin para que lo pueda çercar y vender e dar e donar y trocar e canbiar e hazer dello lo que quysyere como cosa suya propia”.
* El “mayordomo del Concejo” era el encargado de las finanzas del mismo, debiendo dar cuenta de los gastos e ingresos. No consta el cargo en la relación de primeras magistraturas locales impuestas por el Cabildo de Córdoba al autorizar el cambio de nombre en 1499, pero sí estaba ya en 1500 entre a los asistentes al concejo en la iglesia de San Miguel el 30-09-1500, que otorgaron el poder a sus representantes para la concordia con Pedroche. Ocupó el cargo Diego Hernandez Paniagua en 1539, y Juan Garçia del Villar en 1541. En 1552 el mayordomo del Concejo Anton Martin Serrano expuso la relación de ingresos y gastos municipales, de la que se deduce la existencia de la carnicería y una dehesa propia ese año.
* Aunque tampoco se expresara en el acuerdo de 1500, como se comentó antes, según la legislación castellana cada villa, aldea o lugar de más de treinta vecinos podía contar con su cuadrilla propia de la Hermandad, para hacer justicia en el medio rural. Ese mismo año de 1500 fueron “Benyto Rruyz de Torremilano alcallde de la Hermandad, Pero Martinez Pozuelo alguazil de la Hermandad”.

EDIFICIOS DE USO PÚBLICO.

     Como ocurrió siglos después con Cardeña, el primer paso a la independencia fue la religiosa, pues a finales del siglo XV Villanueva ya contaba con parroquia propia, aunque la mayor parte de su fábrica (los recursos económicos) iban a parar a las parroquias de Villa Pedroche y Torremilano.
     La documentación muestra que el 30 de septiembre de 1500 existía la “yglesia de San Miguel”, pues allí se reunía el Concejo local para dar carta de poder a sus representantes. Es el documento más antiguo que conozcamos que se refiera a la iglesia de San Miguel.
     Su principal función era la religiosa y litúrgica, pero al ser la única edificación de cierto tamaño entonces en Villanueva los oficiales del Concejo celebraban allí junto con los vecinos, como era usual en la Castilla de la época, concejos abiertos para tratar asuntos de especial importancia para el común, como otorgar cartas de poder o la forma de reparto entre los vecinos de ciertas cantidades. (Igualmente, los vecinos de Pedroche se reunían en cabildo en el año 1500 en la “yglesya de San Salvador de esta dicha villa a campana tannyda a conçejo llamados”.)
     El primitivo edificio de la iglesia se vino abajo con el tiempo, reedificándose en la década de 1560.
     La parroquia de San Miguel ya iba contando con sus propios bienes, pues en la relación de bienes de arriba de Ysabel Diaz de Luna aparece una haza de tierra en la “Hera del Merchan” que lindaba con tierras de San Miguel. En estos protocolos notariales de 1539-1541 aparecen un par de corrales como propiedad de San Miguel, uno de ellos lindando con uno de los solares que se repartieron en el ejido. El otro estaba en la “calle Rreal de Sus Altezas”. No hay referencias a otra ermita que también se construyó en esta calle Real, cercana a la iglesia, la ermita de Jesús, donde su ubicó el Hospital de la Santa Caridad; acaso se hiciera sobre este corral de la calle Real (el hospital ya existía en 1591, pues se le destinan numerosas mandas en los testamentos).
     Ya en 1534 hay constancia de la presencia de la “hermita de Sancto Sebastian” junto al “camino rreal de Sus Magestades”. Este camino real es el que se ha visto que desde el de la Plata (de Córdoba a Toledo por Adamuz y Conquista) se desviaba de él en las inmediaciones de Venta los Locos (cerca de la actual estación del AVE) tomando el camino de Montoro, llegando a Villanueva por las actuales calles Córdoba, San Sebastián, Real, Plaza, Herradores y Pedroche, y continuando hacia dicha villa.
Según exponía el Concejo de Villanueva al obispado de Córdoba fechada el 05-06-1567 tenían el “Santísimo Sacramento en una ermita casi fuera del lugar” [8], lo que nos permite conocer aproximadamente los límites de la población en esa época. (Tiempo después, el 19-06-1611, Diego Rruyz de las Carpinteras arrendaba al tutor de Francisco, menor huérfano hijo de Francisco Lopez Garrido, unas casas junto a la cruz del camino de la Campiña, actualmente la cruz de la calle Córdoba.)
     Con la ermita de San Sebastián en lo Alto el Santo parece poco posible que existiese un oratorio anterior en la calle Casas Blancas con la misma advocación, como exponían Ocaña Torrejón y la tradición oral. Más raro es aún que primero se construyese un oratorio y luego la iglesia. Por eso Sebastian Rruyz, vecino de Pozoblanco, declaraba en 1530 que hacía unos cincuenta años, “no avya alcallde ni otra justiçia ninguna en la dicha villa de Villanueva ni tenyan yglesia”. La iglesia habría sido el primer signo identitario de una nueva comunidad que acababa de nacer e iba creciendo. (Hay varias leyendas incrustadas como historia verdadera que se han demostrado falsas, como que la torre de la iglesia de San Miguel se hizo con una rampa, o que Pedroche perdió su derecho a la Virgen de Luna. La tradición puede tener su fondo histórico, pero un documento de 1534 es otra cosa.)
     El que la ermita de San Sebastián estuviera casi fuera de la población e inmediato al camino real que se dirigía a Córdoba tenía otra función: en caso de epidemias, sobre todo de peste, se establecían cordones sanitarios que prohibían la entrada y salida de personas de la población. Si algún viajero llegaba por el camino real con sospecha de infección, se le recluía en la ermita para que pasara la cuarentena y se comprobara su estado de salud. Recordemos que San Sebastián era el especial protector contra la peste.
     (Otra ermita que existió a la salida de Villanueva al este, junto al camino de las Ventas, bajo la advocación de San Gregorio, parece ser posterior a la época en que tratamos, la primera mitad del siglo XVI, pues la primera cita a ella es en testamentos de 1591.)
     Hay una referencia bastante peculiar al cementerio. El 7 de noviembre de 1537 los concejos de Pedroche y Villanueva celebraron un cabildo conjunto para dar a conocer una carta ejecutoria real en el çementerio de la yglesia de San Miguel de la dicha Villanueva”. Es difícil saber a qué se debe la elección de tal sitio, si tenía un componente simbólico, o no había otro sitio, o… es muestra de lo mal que se llevaban ambos concejos. Pocos días después, el 1 de diciembre de ese año, volvían a celebrar otro cabildo común a ambas villas otra vez en el cementerio de Villanueva con el mismo fin, comunicar una provisión real.

FOTO 5


En Villanueva de Cordova juridisçion de la villa de Pedroche villa de la muy noble e muy leal çibdad de Cordova en syete dias del mes noviembre anno del nasçimiento de Nuestro Salvador Yesus Cripto de mil e quynientos e trenya e syete annos estando en el çementerio de la yglesia de San Miguel de la dicha Villanueva ayuntados en su cabildo conviene a saber los honrrados Pedro de Toro alcallde hordinario de la villa de Pedroche, e Anton Hernandez de Santofimya procurador del Conçejo de la dicha villa de Pedroche, y Juan de Leon diputado del dicho Conçejo, e Pero Martin Vaquero alcallde hordinario en la dicha Villanueva, e Pero Gomez de Sanc Benito, y Juan Rrodriguez Barrios, y Lazaro Martin Rrico, e Andres Moreno, e Alonso Sanchez Torralvo, vesinos e moradores en la dicha Villanueva ante los quales en presençia de my Anton Gutierrez escribano publico del numero de la dicha villa de Pedroche el dicho Anton Hernandez de Santofimya en nombre y como…”.

     Por lo tanto el cementerio estuvo en el mismo sitio desde los orígenes de Villanueva, en la explanada de la plaza entre la iglesia y el actual ayuntamiento, hasta que Don Bernardo Moreno de Pedrajas lo trasladó en 1814 a la ermita de San Gregorio (en el camino de las Ventas, hoy biblioteca municipal). Cuando se reedificó la iglesia de San Miguel en la década de 1560 en la puerta se evangelio se labró en la piedra clave de su arco la inscripción “POST RESURREÇIO”, después, resurrección, pues por esa puerta salían los cadáveres en su último viaje. Sabemos la fecha de la reconstrucción de la iglesia (hacia 1566-1567) por las cartas enviadas desde la parroquia [9] y el Concejo [8] al obispado solicitando fondos para concluirla.
     En cuanto a lo civil y administrativo, el alcalde, en la “abdiençia de la mannana” o la “abdiençia de la tarde”, atendía las peticiones y quejas de los vecinos. En los protocolos no se dice dónde tenía lugar esa audiencia, aunque lo usual era que si el escribano se desplazaba a la casa de alguien a levantar un acta escribiera dónde estaban; acaso esa audiencia del alcalde se hiciera en su propio domicilio, aunque con el tiempo se hizo necesario que se contase con un edificio en el que poder tener lugar esa audiencia del alcalde, en la esquina de la plaza con el camino a Pozoblanco, y que por su función tomó el nombre con el que lo conocemos actualmente: la Audiencia. Pero, la verdad, es que ignoramos cuándo se hizo.
     El edificio actual de dos plantas se reconstruyó después del tiempo que estamos tratando, según se desprende del acta del Concejo de Villanueva de 02-10-1667: “En la villa de Villanueva de Cordova a dos dias del mes de otubre de mil y seiscientos y sesenta y siete años, estando en la hermita de Jesus Naçareno por no estar acavadas de rredificar las Cassas del Conçejo de esta villa”. La ermita de Jesús estaba en la calle Real, como se dijo. Nótese que se especifica claramente “reedeficar”, no que fuese una obra de nueva planta. En 1673 el Concejo ya se reunía en su lugar habitual, por lo que la reconstrucción de la actual Audiencia se hizo entre esos años.
     La iglesia y el cementerio no eran los únicos sitios donde las autoridades y vecinos se reunían “a Conçejo llamados”. Así, el 08-05-1530 lo hacían “estando [juntos] y congregados delante las puertas de la mujer de Benyto Rruyz Rrico ,vezina desta dicha villa”, y al año siguiente, el 25-02-1531, el escribano levantaba acta del concejo celebrado “estando delante donde de las puertas donde faze su continua morada Ana Lopez, mujer de Pero Diaz de Luna, difunto…”.
     Villanueva, según la concordia de 1500 con Pedroche, solo contaba con un alcalde para lo civil; al no haber competencias en lo penal no tenía por qué haber cárcel. El 11-02-1540 se presentaron ante el alcalde, Pero Martin Vaquero, los herederos de Diego Rruyz de Pedroche y Mari Sanchez la Fustera para realizar el inventario y partición de sus bienes. Uno de los interesados alegó no estar en condiciones de hacerlo al estar en la cárcel y no poder salir de ella, haciendo la declaración en la casa del “alguazil”, Miguel Martin Gannan. Poca cárcel habría de haber en Villanueva cuando el aguacil tenía que poner su casa para que declarase un reo.
     La cárcel vieja de la que daba cuenta Ocaña Torrejón en la esquina de las calles Cerro y Conquista debió de hacerse algo después del tiempo en que andamos, la primera mitad del siglo XVI, quizá cuando a partir de 1553 adquiere el rango de villa y sus justicias tienen también competencia en lo penal. (La cárcel ya existía en 1592, según se deduce de la carta de obligación otorgada el 12 de octubre de ese año, ante el escribano Anton Martinez Moreno, por Juan de Molina, zapatero, y Maria Munnoz, su mujer, de dar a Diego Munnoz de la Camara 21 ducados, “por rrazon de que siendo alguazil mayor el dicho Diego Munnoz Camara predio a mi el dicho Juan de Molina por aver rresultado culpado en la muerte de Miguel de Montoro, y llevandome a la carçel le huy e me solte del, y por esta causa prendieron al dicho Diego Munnoz y estuvo preso muchos dias en Cordova”.)
     No hay tampoco referencia alguna a otro edificio emblemático de la plaza, el actual Ayuntamiento, donde en el siglo XVIII se ubicaron la cárcel en la planta baja y el pósito en la superior. Por la 26ª respuesta general del Catastro de Ensenada, sabemos que a comienzos de ese siglo había allí la denominada “casilla de los curas”, que compró el Concejo para la construcción de la cárcel y pósito a comienzos del XVIII. En 1591 Antonio de Jaen, rector de la parroquia, compró la casa donde vivía en la plaza pública: acaso se trate del mismo edificio.
     El 18-07-1552 el mayordomo del Concejo de Villanueva, Anton Martin Serrano, presentó la relación de gastos e ingresos del municipio, entre los que se encontraban seis reales y medio que pagó a Anton Lopez, carpintero, por ciertas obras “que hizo para la carneçeria desta villa”. La carnicería también se encontraba en la plaza, en la esquina del camino a Obejo (hoy calle Ramón y Cajal), en el lugar donde luego estuvo luego el Círculo Recreativo o casino y hoy es sede de la Hermandad de la Virgen de Luna. Tenía una función recaudatoria, para controlar la cantidad de consumo y pagar en función de la misma.

CASAS Y CALLE.

     En los distintos documentos notariales estudiados aparecen numerosas propiedades, tanto rústicas como urbanas, en las que figuraban dónde estaban y quiénes eran sus linderos.
     Sobre las últimas, en los protocolos de 1539-1541 aparecen citadas expresamente 22 casas (más concretamente, 21 casas y un “palaçio”), además de diez corrales (que suponemos pertenecerían a otras casas diferentes) y seis solares, dos de ellos repartidos a vecinos en el “exido” de la población. Contamos pues solo con referencias a 33 edificios habitados, para una población de 200 vecinos (unos 740 habitantes) en 1541.
S     obre el palacio, no parece que se tratara de una casa suntuosa, destinada a grandes personaje. En la cuarta acepción de “palacio” del diccionario de la Real Academia se dice que es “en el antiguo Reino de Toledo y Andalucía, sala principal en una casa particular”. En el Tesoro de la lengua española de Sebastián de Covarrubias Orozco, publicada en 1611, nos encontramos en su entrada “palacio”: “… en las casas particulares llaman el Palacio una sala que es comun, y publica, y en ella no ay cama, ni otra cosa que embarace. Este es termino que se usa en el Reyno de Toledo”. Parece que se trataba de un edificio con una especial distribución, distintita a la de las casas comunes, que se encontraba en la calle Real.

Tabla 1. Casas y corrales de Villanueva de Córdoba citados en protocolos notariales, 1539-1541.
Casa
Linderos
Casas de Juan Garçia Buenestado, difunto
Casas y corral de Mari Rruyz ... casas e corral de Miguel Rruyz Pozuelo … con la calle Rreal de Sus Altezas … con corral de la yglesya de San Miguel
Casa de Anton Rruyz Moreno
Casas donde faze su continua morada
Casa de Diego Rruyz Bermejo y de Catalina Garçia la Rrica
Linda con herrennal de menores en tutoría de Anton Rruyz Moreno
Casa con corral e guerto de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez, difuntos
Alinda con corral de Anton Garçia Pozuelo... corral de Bartolome Lopez Vaquero ... calle del Rrey
Casas y corrales Diego Rruyz de Pedroche e de Mari Sanchez, difuntos
Casa e corral de Gonçalo Fernandez de Cantalobos y con la calle Rreal de Sus Magestades… hermita de San Sebastián … solar de Andres Garcia de Ledesma
Casa de Miguel Martin Gannan, alguazil
No constan. Declara un preso
Casas de los herederos de Anton Martin Vaquero
Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
Casa de Diego Hernandez Paniagua
Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
Casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
Linderos Juan Garcia Pozuelo e con Marina Rruyz la Ferrera
Casa y corral de Miguel Sanchez Gannan
Linde herrenal de herencia Pero Hernandez Paniagua
Casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Alindan con corral herederos de Pero Rruyz de los Tinadones e casas de Benito Diaz de Andujar, difunto
Palaçio tejado de los herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Alindando con el corral de las casas de arriba, e con la calle Rreal e con corral de los fijos de Benyto Diaz
Casa de herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Linda casa de Pero Martin Vaquero e por la otra con la calle Rreal o Rreal de Sus Magestades
Casa de herederos de Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Alinda por la una parte con casa e corral de Miguel Ximenez Ferrero e por la otra parte con Marta Rrodrigues
Casas e corral de Miguel Rruyz Pozuelo
Linde con casas de Juan Garçia Buenestado difunto
Casa e corral de Gonçalo Fernandez de Cantalobos
Linde con casas y corrales Diego Rruyz de Pedroche e de Mari Sanchez difuntos
Casa de Juan Garcia Pozuelo
Linde casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
Casa de Marina Rruyz la Ferrera
Linde casa de herederos de Pero Hernandez Paniagua
Casas de Benito Diaz de Andujar, difunto
Linde casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Casa e corral de Miguel Ximenez Ferrero
Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Casa de Marta Rrodrigues
Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Casa de Pero Martin Vaquero
Linde casa herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Corral
Corral de Anton Garçia Pozuelo
Linda con herederos de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez
Corral de Bartolome Lopez Vaquero
Linda con herederos de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez
Corral de Martin Garçia Pozuelo
Linda con herrenal de herederos de Gonçalo Rruyz de los Tinadones
Corral de herederos de Pero Rruyz de los Tinadones
Linde casas y corral herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Corral de los fijos de Benyto Diaz
Linde Palaçio tejado herederos Anton Martin Vaquero e Juana Lopez la Serrana
Corral de Rruy Diaz
Linde con un solar en el exido e con corral de Juan Garçia Prieto
Corral de Juan Garçia Prieto
Linde con un solar en el exido
Corral yglesia San Miguel
Linde solar de Andres Moreno en el exido y huerto de Diego Lopez Rrico
Corral de Miguel Rruyz Pozuelo
Linde con casas herederos Juan Garcia Buenestado
Corrales de Juan Diaz de Luna
Linde herrennal tutor Anton Rruyz Moreno

     De las veintidós casas cuatro de ellas lindaban con la que se denominaba “calle del Rrey”, o “calle Rreal”, o “calle Rreal de sus Magestades”, o “calle Rreal de Sus Altezas”, o “calle de Sus Magestades”. Parece que se trata de una única calle, la que hoy seguimos denominando calle Real. No existe mención alguna a ninguna otra calle. Ello no quiere decir, claro está, que no las pudiera haber; aunque tampoco podemos presumir que existieran, además de la que sí está confirmada, la calle Real.
     El que hacia 1540 había muy pocas calles en Villanueva lo muestra un par de documentos cincuenta años posteriores. En el primero, fechado el 07-07-1591, Catalina Sanchez la Pozuela, viuda de Alonso Garçia Fustero, vendía “un corral çercado que yo tengo en esta villa alindando con corral de Alonso Hernandez de Segobia y con la calle que sale al camyno de la campiña”. Este camino es el que iba por las actuales calles San Sebastián y Córdoba, por lo que podría ser la misma calle Real o alguna perpendicular a ella, como las hoy calles Amargura o Manuel Ayllón.
     El segundo es la venta el 07-06-1592 de Anton Martin Aserrador y Maria Sanchez, su mujer, a Alonso Rromero y Catalina Sanchez, su mujer, de medio huerto con un pozo “en la calle que sale del camino de Pedroche”, por lo que podría ser la calle Contreras o Rey.
     De todas formas, es muy significativo el uso del artículo determinado “la” para referirse a estas dos calles; es previsible que de haber varias habría habido que asignarles un nombre propio para distinguirlas.
     En los protocolos de 1610-1611 ya van apareciendo más calles, callejones y lugares habitados:
ü  20-03-1610. Martin Garcia Molinero, de la calle de las Ventas, otorga un codicilo del testamento anterior. (La calle las Ventas es la actual calle San Gregorio, aunque en ese tiempo es posible que correspondiera a las que son hoy las calles Mártires o Cañuelo).
ü  21-06-1610. Francisco Rruyz Camara vende a Juan Garcia Torralbo, hijo de Alonso Sanchez, un corral cercado a la salida de la calle de Pedroche que linda con corral del Concejo y corral de Pero Gomez Torralbo, por 18 ducados.
ü  31-12-1610. Gonçalo Maduenno y a Catalina Rrodriguez la Rrodriga, su mujer, compran a de los herederos y albaceas de Miguel Martin de San Benito un corral cercado en la calle que sale para San Gregorio, que linda con corral de los compradores y corrales de Anton Garcia, por 65 ducados. (La calle que sale para San Gregorio, pero, ¿desde dónde sale?)
ü  15-02-1611. En el inventario de los bienes que aportó Alonso Sanchez Rromero, hijo de Symon Rruyz Rromero, a su matrimonio con Vitoria Rruyz, hija de Aparicio Fernandez, figuran “unas casas en esta villa baxo de la fuente de Juan Blanco linde con casas de Pedro Martin Herruzo y de la viuda de Anton Garcia de Mingo Rrodriguez, vezinos de esta villa, en quarenta y quatro ducados”.
ü  09-06-1611. Diego Rruyz de las Carpinteras de Francisco arrienda del menor hijo de Francisco Lopez Garrido unas casas junto a la cruz del camino de la Campiña (la cruz de la calle Córdoba).
ü  26-07-1611. Benito Sanchez Alcornoquejo arrienda a Diego Munnoz Camara “unas casas pequennas que el susodicho tiene en la calle Rreal de esta villa, linde con el callejon que sale a la casa de Pero Cobo”. Debe tratarse del Callejón de la Coba, hoy calle Cervantes, como ya observó Juan Ocaña Torrejón. Es significativo que este callejón salga a “la” casa de Pero Cobo: no parece que hubiera muchas más en las inmediaciones.

     Las más de las casas descritas en los protocolos notariales de 1539-1541 lindaban con otras casas, corrales, huertos o solares. Pero la cuarta parte de ellas solo lo hacían con herreñales, con cercas de prado, sin que se diga que hubiese alguna otra edificación colindante. Da la impresión de que junto a la parte, digamos, urbanizada -la calle Real entre la plaza (con la iglesia, cementerio, carnicería y quizá la Audiencia) y la ermita de San Sebastián, con el camino real como eje-, además habría casas o grupos de casas más o menos numerosos y dispersos en el primer ejido de Villanueva.
     Manifestaba el escribano Benito Gómez de San Benito el 03-04-1541 que “se an dado por los dichos alcalldes e ofiçiales del Concejo de ella, jurado, mayordomo, e alguazil e otro muchos vecinos que se llegaron, solares a algunas personas en el exido de la dicha Villanueva para edificar casas”.        También repartió solares en el ejido de Villanueva el Concejo de Pedroche.
     El ejido, por definición, era un campo comunal y colindante con el pueblo, por lo que no debería de estar muy alejado de la calle Real y la plaza. Poco a poco el ejido se fue edificando al irse construyendo casas en él, perdiendo su carácter rural. Luego volveremos sobre él.
     Junto con la primera urbanización debió de ir conformándose una red de caminos que comunicaran la población con otros lugares. El básico fue el camino real sobre el que surgió la calle Real. Los documentos citan el camino a la Campiña (calles Córdoba y San Sebastián), que se encaminaría a Pedroche (por las calles Herradores y Pedroche).
     Por el Plazarejo se saldría hacia Torremilano y Pozoblanco.
     Para Conquista se iría por las calles Mártires, Conquista y Navaluenga.
     Por las calles Cañuelo y Ventas se comunicaba con la zona de Cardeña y Azuel.
     El viajero que venía de Obejo llegaría por la calle Moreno de Pedrajas, y podría dirigirse a la plaza por la calle Ramón y Cajal (antiguamente, calle del Torno). También podría tomar desde la Cruz Chiquita las calles Atahona, Cervantes y Empedrada para llegar a la Fuente Vieja. Desde aquí podría continuar hacia Cardeña y Azuel (por la calle San Gregorio, antes Ventas); a Conquista (por calles Alta, Cruz de Piedra y Navaluenga), o a Torrecampo (por calles Parralejo, Cerro y Torrecampo).
     Por las de Laguna del Pino, Peñascal, Compositores Ochoa, María Cristina y Pozo se podía ir hacia desde la entrada de Córdoba a Conquista, Torrecampo  y Cardeña sin tener que pasar por la plaza.
     Quien desde Córdoba fuese a Pozoblanco podía atajar tomando las calles María Jesús Herruzo, Torno Alta, Juan Ocaña (anteriormente, Dehesillas) y Jara. (La calle Torno Alta comenzó a edificarse en 1761, llamándose al principio “Calle Nueva de las Dehesillas.)
     Además, debieron de aparecer callejones que fueran comunicando los distintos predios o para acceder a los distintos solares. Por ejemplo, la calle Lepanto (Jetones antes) unía el camino de Conquista con el de Torrecampo; los caminos a Pedroche y Cardeña se unían por las calles Quevedo, Ana Cid, Doctor Luna, Fuente Vieja y San Gregorio.
    Toda esta esta red viaria habría servido de eje para la construcción de las nuevas casas, aisladas al comienzo para ir uniéndose después, poniendo la puerta de la casa en el camino, que acabó por convertirse en calle al irse construyendo más edificios. Las primeras personas, o las más relevantes, que habitaron en estas casas iniciales acabaron por darle nombre a la calle. Por ejemplo, el 15-12-1610 otorgaba testamento Ana Çid, viuda de Martin Fernandez Gannan, en la que le dejaba a su hija las casas donde moraba. Parece lo más probable que fuera ella la que nominase a la hoy calle Ana Cid. Del mismo modo, Antonio de Palma o Lucas de Viveros, contemporáneos de Ana Çid, podrían haber habitado en las que hoy son calles Palma y Viveros
     Si la distancia entre los caminos era grande, las casas resultantes contaban con amplios espacios para corrales y huertos, que en buena medida se mantienen en la actualidad. (La calle Olivo se abrió a comienzos del siglo XX en el amplio espacio que separaba los caminos a Pedroche y Torrecampo.)
     Por esta razón muchas calles actuales del casco antiguo tienen un recorrido sinuoso, porque mantienen el trazado del antiguo camino o callejón que fueron en su origen. Se pueden comparar con las rectilíneas calles Olivo, San Antonio o San Bernardo, trazadas a cordel en el siglo XX.
     (Otra pequeña digresión sobre la que se había considerado una de las calles más antiguas del pueblo, la calle Casas Blancas, y adelantándonos siglo y medio al tiempo estudiado. Entre los años 1684-1700 se citan en las actas capitulares del Concejo de Villanueva a 24 calles: ninguna es la calle Casas Blancas.)

LOS HABITANTES.

     El único dato con que contábamos sobre la población de Villanueva de Córdoba en sus orígenes es la que se daba en la concesión del privilegio de villa, 280 vecinos en 1553. Vecino, entonces, era sinónimo de unidad doméstica, por lo que para convertir los vecinos en habitantes los especialistas valoran diferentes coeficientes, siendo 3,7 de los más aceptados; con este valor en ese año Villanueva contaría con unas 1.040 personas.
     En 1530 Pedroche tenía 1.158 vecinos [10], pero en su población estarían, además la de la villa cabecera, las de Villanueva de Córdoba y otras aldeas que aparecen expresamente mencionadas: Navagrande (hoy despoblado, en el término de Conquista), Las Misas y Fuente del Álamo [11]. El año anterior de 1529 el Concejo de Villanueva de Córdoba declaraba al alcalde mayor de Córdoba que su población ya alcanzaba 150 vecinos.
     En los listados de los repartimientos comentados anteriormente figuran los nombres y apellidos de los vecinos, y la cantidad que pagó cada cual. El 30-03-1539 el Concejo de Villanueva efectuó la primera repartición, valorándose cada pecha en veinte maravedíes. Aparecen 181 vecinos.
Meses después, el 06-09-1539, se autorizaba la partición entre los vecinos de hasta veinte mil maravedíes. En esta ocasión la pecha se estimó en 135 maravedíes, y solo figuran 157 vecinos.
     El último reparto se hizo el 20-02-1541, con 18 maravedíes por pecha y un total de 200 vecinos. No todos estaban de acuerdo con tanto reparto seguido, negándose algunos a pagar este último. El alcalde mandó al aguacil para su cobro.

FOTO 6


En Villanueva de Cordoba en tress dias del mes de abril de mil e quinientos e quarenta e un annos este dia antel honrrado Pero Gomez de San Benyto alcallde paresçio Alonso Diaz de Ortega cogedor del libro susodicho e dixo que muchos de los vecinos conthenydos en el dicho libro no le querían pagar los maravedies conthenydos en el dicho libro que el alcallde le mande que le faga justiçia.

     Mientras que entre el primer y el último censo hay poca disparidad en las cifras, sí es grande entre el segundo y el tercero. Quizá la causa esté en la diferencia del valor de cada pecha, y que en la más cara no entraran todos los vecinos. O que hubiese una considerable diferencia de vecindario de un año para otro.
     Para el reparto el Concejo nombraba una comisión para establecer cuántas pechas debía satisfacer cada vecino. Los mayores contribuyentes en el reparto que se estableció el 29-09-1539 son los siguientes:
o   Pero Martin Vaquero seis pechas y media, 977,5 maravedíes; alcalde en 1530, 1537 y 1540.
o   Martin Garcia Pozuelo cinco pechas, 675 maravedíes
o   Francisco Diaz de Andujar el Viejo cuatro pechas, 540 maravedíes.
o   Pero Diaz de Luna cuatro pechas, 540 maravedíes; alcalde en 1539.
o   Juan Garcia Pozuelo tres pechas, 405 maravedíes.
o   Anton Martin Paniagua tres pechas, 405 maravedíes.

     En el censo que aparece en el reparto de 1541 los 200 vecinos de ese año podrían ser unos 740 habitantes, aproximadamente. En la declaración de villa de abril de 1553 son 280 vecinos, y en las averiguaciones para el pago de alcábalas de 1561 figuraban 330 vecinos, aproximadamente 1.220 personas.

Gráfico 1: evolución del vecindario de Villanueva de Córdoba, 1529-1561.
     Como puede comprobarse en la tabla 2, el aumento de la población de Villanueva entre 1529-1561 fue muy grande, del orden del 17 por mil anual. En ella se han añadido los datos de la población española en dos de sus mayores etapas de crecimiento: 1834-1857, con el fin de las estructuras del antiguo régimen, la puesta en cultivo de nuevas tierras y la implantación del estado liberal; el crecimiento de la población fue del 11,8 por mil anual. Y la década de 1960-1970, la edad del baby boom, que aumentó al ritmo del 11,03 por mil anual.

                                     
Tabla 2: crecimiento de la población de Villanueva de Córdoba, 1529-1561.
Vecinos
Habitantes (vecinos*3,7)
Incremento interanual
‰ Anual
Vva. Córdoba
1529
150
555
1540
200
740
185
22,73
1553
280
1.036
296
21,98
1561
330
1.221
185
18,94
1529-1561
666
17,05
España
1834-1857
11,80
1960-1970
11,03

    Parece pues que este espectacular aumento desde los 150 vecinos de 1529 no pudo deberse solo al crecimiento natural de la población, hubo de haber necesariamente un fuerte componente migratorio, y más desde que en 1500 los vecinos de Pedroche no podían ir a residir a Villanueva.
     ¿De dónde provenían aquellos habitantes de la primera mitad del siglo XVI? El pequeño componente inicial habría sido mayoritariamente vecinos de Pedroche, pero desde 1500 habrían debido de venir de otros lugares.
     Entre los componentes del concejo abierto celebrado en la iglesia de San Miguel el 30-09-1500 figuraban como vecinos ya de Villanueva “Benyto Rruyz de Torremilano alcallde de la Hermandad … Diego Garçia de Sanbenyto, Juan Perez de Pozoblanco”. Es de suponer que procedían de esas localidades. El que hubiese ya un alcalde de Hermandad implicaría que la población superaba los treinta vecinos a finales del siglo XV.
     En el citado censo de 1541 figuran seis vecinos que podrían tener el mismo origen: “La muger de Alonso Garcia de San Benyto, Andres Garcia de San Benito, Pero Gomez de San Benyto, Miguel Lopez de San Benyto, Benyto Gomez de San Benito escrivano publico, Benito fijo de Diego Garcia de San Benito”. San Benito es una pedanía de Almodóvar del Campo, Ciudad Real, aunque se encuentra mucho más próxima a Torrecampo que a la capital municipal. En el siglo XIV ya estaba poblada y contaba con parroquia propia. Por el apellido toponímico y la cercanía parece probable que personas de esa procedencia pasaran a asentarse en Villanueva.
     Otro apellido de posible origen toponímico es el de Alonso Martin Allozo, quien consta en los tres repartimientos y en otros documentos de hacia 1540. El Allozo era una aldea creada a mediados del siglo XIV, y que estuvo en las inmediaciones de Villanueva del Duque. A inicios del siglo XVI comenzó a despoblarse, pasando sus habitantes al cercano lugar que pasó a llamarse “Villanueva” [12], del Marqués primero y luego del Duque.
     Más apellidos de posible origen toponímico que aparecen en la documentación de 1500-1552 son los siguientes: Juan Perez de Pozoblanco; Juan Marquez de Lerma; Diego Rruyz de Pedroche; Juan Rrodrigues de Pedroche; Diego Sanchez de Pedroche; Antonio Rruyz de Torremilano; Benito Rruyz de Torremilano; Diego Lopez de Carmona; Alonso Rruyz de Pero Abad; Francisco Martin de la Fuencaliente; Francisco Diaz de Andujar; Alonso Hernandez de Segovia; Juan Lopez de Santofimia y Cristobal Rruyz de Linares.
     La intención de Pedroche en 1500 con la cláusula del acuerdo que impedía a sus vecinos asentarse en Villanueva era no perder importancia demográfica en favor de esta, pero el devenir de los tiempos impuso otro desenlace.
     Contamos con el vecindario de ambas poblaciones de unas averiguaciones para alcábalas de 1561, y otras hechas con el mismo motivo en el 1594 en Villanueva y Pedroche en 1595 [13], además del reparto entre las Siete Villas de los frutos de la Dehesa de la Jara, según el vecindario de cada una, de 1657. En el transcurso de ese siglo los valores de población se invirtieron, pasando la población de Villanueva a duplicar la de Pedroche. Los resultados se muestran en el gráfico 2:

Gráfico 2: evolución del vecindario de Pedroche y Villanueva de Córdoba, 1561-1657.



EL “EXIDO”.

      El ejido era una institución castellana, un espacio rural junto al pueblo de disfrute y uso comunal, para que los vecinos pudieran realizar diferentes labores. Indica John Edwards (La España de los Reyes Católicos) que su nombre deriva del latin exitus, porque usualmente se encontraba en el camino de salida de la población.
     Antes de la aparición en la documentación de una dehesa propia en 1552, solo se cita en los protocolos notariales al “exido” como espacio común de los “vezinos e moradores” de Villanueva, donde “los dichos alcalldes e ofiçiales del Concejo de ella, jurado, mayordomo e alguazil e otro muchos vecinos que se llegaron solares a algunas personas en el exido de la dicha Villanueva para edificar casas”. Este reparto pudo suponer un interesante atractivo para atraer nuevos pobladores, pues el incremento de población entre las décadas de 1530 y 1560 fue más que notable. Y más si estos solares se regalaban o vendían a precios muy bajos.
     El precio resultaba asequible, pues el 05-06-1539 los oficiales de la villa y “otros muchos vezinos desta dicha villa ansy juntos ovieron su acuerdo de vender un solar en el exido de esta villa que alinda con guert[o] de Diego Lopez Rrico y con corral de la yglesia de San Miguel yglesia mayor desta villa”. Fue rematado por Andres Moreno en dos ducados, 750 maravedíes. Ese mismo año una casa en la calle Real se tasaba en 5.000 maravedíes, 3.100 maravedíes un buey domado y 2.000 maravedíes una vaca.
     No solo había solares en el ejido. Además de ellos aparece “una çahurda en el exido” propiedad de los herederos de Pero Alonso Calvo y Ana López, valorada en 300 maravedíes.
     Carecemos de información sobre la ubicación precisa de aquel primer ejido de Villanueva, salvo en una mención de finales del siglo XVI. En los protocolos del escribano Antonio Martinez Moreno figura el 07-06-1592 de Francisco Ximenez Herrero y Francisca Ximenez, su mujer, a Anton Sanchez Loçano, la venta de “un pedaço de tierra para corral que nosotros avemos junto a esta dicha villa junto a la parte que dizen Pozo las Vacas, que alinda con el exido de esta dicha villa, y con tierras de nos los dichos vendedores, y con tierra para corral de Martin Fernandez Gannan”. El Pozo de las Vacas se encontraba al final de la actual calle Pedroche, entonces camino a tal localidad. Y, evidentemente, el exido estaba en sus inmediaciones, como muestra el documento de compraventa.
Podemos intentar acercarnos a dónde estuvo el ejido gracias a los solares que de él salieron, y a las primeras casas conocidas que se edificaran en ellos.
      En los protocolos de 1539-1541 se nombran expresamente seis solares. Uno de ellos lindaba con la calle Real. Otro lo hacía con el camino real y la ermita de San Sebastián (que hoy continúa estando en el mismo sitio, en lo Alto del Santo).

Tabla 3. Solares en el ejido de Villanueva de Córdoba, 1539-1541.
Solar
Linde
Solar de Andres Garcia de Ledesma
Hermita San Sebastián y camino rreal
Solar de Rruy Diaz
Con un corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan Garçia Prieto
Solar de Andres Moreno
Alinda con guerto de Diego Lopez Rrico y con corral de la yglesia de San Miguel
Solar con casa de la herencia Juana Lopez
Linde casa de Pero Martin Vaquero y calle Rreal.
Solar de la tutoría de Anton Rruyz Moreno
Alinde del herrennal de Juan Diaz de Luna e de Pero Gomez
Solar de la tutoría de Ysabel Diaz de Luna
Alinda con Benyto Garçia del Castillo

     El solar que el 16-05-1541 concedió el Concejo de Villanueva al jurado Rruy Diaz de Luna estaba “alindando con un corral del dicho Rruy Diaz e con corral de Juan Garçia Prieto”. Por otro documento notarial de 1591 se sabe que Francisco Fernandez Toribio, casado con Juana Portillo, tenía “una casa en la plaça publica de esta villa lindando con casas de Rruy Diaz de Luna y de Benito Gomez escribano”. O sea, el solar que le dieron al jurado Rruy Diaz de Luna, lindando con su casa, estaba en las proximidades de la plaza.
     Por lo tanto, la mitad de los solares conocidos en 1541 estaban inmediatos a la calle Real y la plaza. En tiempos posteriores, a inicios del siglo XVII, había ya casas en la calle Cervantes, calle las Ventas y junto a la fuente de Juan Blanco. Por lo tanto, parece que, al menos, el ejido se extendía inmediato al norte y este del eje plaza-calle Real-ermita de San Sebastián. (Decimos al menos porque el espacio al oeste de la calle Real, hacia el Calvario, también fue propiedad del Concejo, aunque la verdad es que no sabemos desde cuándo; podría ser parte del primitivo ejido que se edificó posteriormente.)
     Hay dos elementos urbanos que quizá estén relacionados con el espacio urbanizado de Villanueva de hacia 1540: son las cruces de Cañuelo y de la calle Herradores. Ahora están en pleno centro, pero en sus orígenes estas cruces de término se levantaban en el extrarradio, a unos centenares de pasos del pueblo, como anunciando su presencia a los caminantes.
     Algunas de ellas llegaron a finales del siglo XIX en las afueras, como la de la calle Pedroche, la que había en el camino a Obejo (hoy calle Moreno de Pedrajas, la “Cruz Chiquita”) y la que se encontraba en el Calvario, entre los caminos a Obejo y a la Bermejuela. Hasta que se construyó la carretera ya entrado el siglo XX la Cruz de Cañuelo estaba en medio de la calle, en el cruce del camino de las Ventas de Cardeña y Azuel con el callejón que se desviaba del camino real de Pedroche para ir a la Fuente Vieja (calles Quevedo, Anacid y Doctor Luna).
      La cruz de calle Herradores continúa al lado de lo que fue el camino real. Podría ser que ambas se construyeran antes de la concesión del título de Villa en 1553, cuando Villanueva se articulaba alrededor de la plaza y la calle Real, y estaban muy cercanas al pueblo, pero en su origen fuera de él y en pleno campo o ejido.
     Otro indicio es la arquitectura tradicional. Fotografías de inicios del siglo XX muestran numerosas casas en la calle Real con la puerta rematada con un arco y a veces enmarcada con un alfiz y adornada con remates semiesféricos. Son similares a las portadas laterales de la iglesia de San Miguel de la década de 1560. Hoy solo se conservan dos de estas fachadas en edificios civiles, en la plaza y en la calle Pozoblanco, que pueden remontar su construcción al menos a finales del siglo XVI.
     Podemos hacer una propuesta de la ubicación del ejido (o de la parte de él en que primero se construyeron edificaciones) basándonos en los solares y casas conocidos, y la topografía caminera de la época. Al menos una parte de él podría haber estado perimetrado casi desde la misma plaza, por el camino a Pozoblanco y Torremilano hasta llegar a su cruce con la vía pecuaria por Obejo (en el Regajito). Proseguiría por ese camino de carne por las calles actuales Industria, Egido (que habría conservado su nombre a través de los siglos), Fuente y Casas Blancas para llegar al ramal de la vía pecuaria que se dirigía por Adamuz, por las calles Castillejos, Ventura, Cruz de Piedra, Nieve, Sol, Peñascal y Laguna del Pino para alcanzar el camino real cerca de La Zorrera, en el camino hacia Adamuz. Esta zona habría sido la de expansión urbana desde el primer núcleo en la calle Real.

EL MEDIO RURAL.

     Los habitantes de Villanueva eran básicamente agricultores y ganaderos, solo se citan en los protocolos de 1539-1541 a un albañil y a un carpintero, y en 1500 a un zapatero.
Los propietarios de bueyes obtenían una renta de ellos alquilándolos para las labores de barbechera y siembra. Distintos vaqueros se encargaban de las reses de los vecinos a cambio de una soldada, que en ocasiones pastaban por la zona de entre Navaluenga y los Riñosillos y Fuente los Peces, al este de Villanueva.
     Los cultivos básicos eran el trigo, cebada y centeno, aunque también se sembraba lino para la fabricación de tejidos. Solo hay constancia de tres propiedades de viñas que quizá estuviesen en Villanueva, porque hay más referencias a personas que heredaron majuelos en Pedroche. (En los protocolos notariales de 1591 sí hay ya varias compraventas de viñas en Villanueva en los pagos de la Posadilla, Pozo Nuevo y Nava el Caballo.)
     La dehesa de la Jara se encontraba a muy escasa distancia de Villanueva, por lo que sus naturales tomaron de ella su gentilicio de “jarotes”. Como espacio acotado surge hacia 1470 y aunque al comienzo los vecinos de Córdoba tenían derecho a la montanera, eran los vecinos de los Pedroches los principales beneficiarios de ella, y en exclusiva ya en el siglo XVII.
     También aparece citada la dehesa de las Navas del Emperador, igualmente dehesa para aprovechamiento de los vecinos de los Pedroches. El 05-09-1539 “Pero Diaz de Luna, alcallde hordinario desta dicha villa, dixo que a su notiçia avya venydo que en las Navas, termino e tierra de Cordoba, se avya soltado de entre pastores un fuego, e que avya mandado ir quatro hombres al dicho fuego a lo apagar y mirar de donde salio y que los dichos hombres le avyan dicho que avya salido dicho fuego de una majada de ovejas y que tenya que hera de Alonso Martin Paniagua, vezino desta dicha villa”. Fue condenado al pago de 300 maravedíes, que fueron aplicados a los propios del Concejo.
     Ese mismo año un vecino de Adamuz obtuvo del Concejo de Córdoba una licencia para cortar madera en el término de Pedroche. El alcalde Pero Diaz de Luna refrendó la licencia y el vecino de Adamuz fue “a las Navas del Emperador dehesas de esta villa e corto mucha cantidad de enzinas canperas rrasas por el pie e sabido por los alcalldes de esta dicha villa de Pedroche hizieron su ynformaçion e visto como avia cortado mucha mas madera de la liçençie que tenya …mandaron prender al dicho Alonso de Adamuz que corto la dicha madera e lo enviaron preso a Cordova ante la justiçia de la dicha çibdad … e fue condenado en mas cantidad de quatro mil maravedies…”. O sea, cortar más encinas de las permitidas suponía entonces cárcel y una fuerte multa.
     Ya se ha comentado anteriormente los conflictos que se sucedieron cuando los alcaldes de Villanueva nombraron guardas para la Dehesa de la Jara.
Los herederos de Pero Alonso Calvo y Ana Lopez tenían también “una çahurda en la Xara” apreciada en doscientos maravedíes.
     En los protocolos notariales de entre 1529-1541, especialmente en los de inventarios de bienes, herencias y particiones, aparecen numerosas propiedades privadas rústicas, en las que se indicaba su localización y linderos. De algunas ignoramos su ubicación, como el “Labrado de Anton Ximenez” o la “Hera del Merchan”, pero otros siguen conservando el nombre actualmente.
     La cercanía de Villanueva al extenso término de Montoro (hoy Cardeña en lo que fue su mitad norte) favoreció que, primero vecinos de Pedroche y luego de Villanueva, trabajaran aquellas tierras inmediatas al término de Pedroche, que llegaba hasta el camino real de la Plata. Como se vio arriba, en 1530 vecinos de Villanueva labraban en los pagos de Navalazarza, Ventas Nuevas y Torrubia, hoy en el término de Cardeña.
     Asimismo aparecen nombres de ventas que estaban cercanas a Villanueva para que los viajeros pudieran, como se decía en la época, “acogerse a viandas e a lo que menester hubieren” en el tránsito por los caminos. Cinco de ellas (Dos Hermanas [Venta del Puerto], Venta Velasco, Venta de la Cruz, Venta la Aljama y Ventas Nuevas) estaban en el camino de la Plata. La otra, Venta Pennuela (Venta Peñuela), se encontraba en el camino real de Pozoblanco a la Campiña, cerca del cruce de este con el camino de Obejo a Villanueva.
     (Un apunte sobre Venta Velasco. En 1546 Pedro Juan de Villuga publicó el Repertorio de todos los caminos de España hasta agora nunca visto, en el cual hallará cualquier viaje que quiera andar, muy provechoso para todos los caminantes. En su camino nº 89, de Toledo a Córdoba, figuraban al norte de Córdoba las ventas de Porcarizas (Conquista), Ventas Nuevas, Venta la Aljama, Venta de la Cruz, Venta los Locos, Venta de Orán… Venta Velasco, que está un kilómetro y medio al norte de Venta los Locos y a uno al este de la Venta de la Cruz, no aparece en la documentación de Villuga. Sí se nombra Venta Velasco en un documento fechado el 25-11-1540, la relación de bienes del difunto Pero Hernandez Paniagua, de los que se hizo cargo su viuda Ysabel Diaz de Luna.)

FOTO 7


Pareçiose encargada por la dicha carta quenta la dicha Ysabel Diaz en otra faça de tierras ques baxo de la Venta Velasco que alinda con Juan Garcia Pozuelo vezino desta villa”. 25-11-1540.)

Tabla 4: Topónimos rurales citados en protocolos notariales y actas de los Concejos, 1530-1541.
Lugar
Tipo
Término actual
Situación respecto a Vva.
Propiedades privadas
Aguadulçe
Viña
Villanueva
S
Arroyo del Pozo la Quenta donde dizen el Armadilla
Haza de tierra
Villanueva
SE
Baxo de la Venta Velasco
Haza de tierra
Cardeña
SE
Bodonal
Haza de tierra
Almodóvar del Campo
NE
Canatillas de Rromero
Sembrado trigo y linaza
Cannada Encinanana
Haza de tierra
Villanueva
Cannada Juanagil
Haza de tierra
Cannadas de Juan Rruyz
Haza de tierra
Çerro Madronno
Haza de tierra
Charco Rromero
Haza de tierra
Villanueva
E
Dos Hermanas [Venta del Puerto]
Haza de tierra- Venta
Adamuz
SE
Gongora
Haza de tierra
Villanueva
E
Hera el Merchan
Haza de tierra
La Fresnedilla
Haza de tierra
Villanueva
SW
Labrado de Anton Ximenez
Viña
Labrado Madalena [Cañamalena]
Tierra de labor
Villanueva
E
Los Fresnillos
Tierra de labor
Villanueva
SW
Majuelo los Odreros
Viña
Pedroche
NW
Moralejo
Viña
Pedroche
NW
Nava el Maestre
Haza de tierra
Villanueva
E
Nava el Moralejo
Tierra de labor
Pedroche
NW
Rrosalejo
Haza de tierra
Villanueva
NW
Val de Herreros
Viña
Pedroche
NW
Otros topónimos
Xara
Dehesa
Pedroches
SW
Navas del Emperador
Dehesa
Villanueva
SE
Cannadillas de la Barquera
Pasto de ganado
Villanueva
E
Charco Escondido
Pasto de ganado
Villanueva
E
Fuente los Peces
Pasto de ganado
Cardeña
SE
Navalazarza
Labrado
Cardeña
E
Navaluenga
Pasto de ganado
Villanueva
NE
Riñosillos
Labrado
Villanueva
E
Torrubia
Labrado
Cardeña
NE
Ventas Nuevas
Venta-Labrado
Cardeña
E
Venta de la Cruz
Venta
Villanueva
SE
Venta de la Aljama
Venta
Villanueva
SE
Venta de la Peñuela
Venta
Villanueva
S
Venta Velasco
Haza de tierra-Venta
Villanueva
SE

     Los vecinos de Villanueva tenían propiedades en Pedroche, sobre todo procedentes de herencias, pero también en otros términos como Adamuz y Almodóvar del Campo. La mayoría de las propiedades privadas estaban al S y E de Villanueva, pues por el NW estaba Pedroche.

LA “DEFENSYON DEL ARROYO DEL POZO LA CUENTA”, PRIMERA DEHESA DE PROPIOS.

     Los habitantes de Villanueva se sentían ninguneados respecto a la villa donde recaía la jurisdicción, Pedroche. Aunque lo intentaron en 1504, carecían de propios o una dehesa boyal para el exclusivo aprovechamiento de sus vecinos o para generar ingresos, en los que pudieran meter sus ganados, abastecerse de leña o madera, poder sembrar o vender sus frutos para beneficio del Concejo.
     En 1538 decidieron pasar a la acción, ocupando las tierras de un arroyo. Pedroche denunció el acto, y ante la ausencia de fondos municipales algunos vecinos adelantaron seis mil maravedíes para poder seguir el pleito.
     El 21-08-1538 el Concejo de Córdoba atendía una petición del de Villanueva, autorizando que se repartiesen tres mil maravedíes entre los vecinos y moradores. El Concejo de Villanueva procedió a repartir lo autorizado “para pagar a los vezinos de esta villa los maravedies que se gastaron en defensyon del arroyo del Pozo la Cuenta”.

FOTO 8


nuestra Villanueba de Cordoba y ofiçiales e omes buenos della como vimos la petiçion que por vuestra parte fue dada en nuestro Cabildo por la quel dezis que en su Conçejo a trata çierto pleyto con vezinos particulares vezinos desta dicha villa sobre çierta tierra y un arroyo que esta en lo rrealengo que thenyan tomado e ocupado y por quanto es Conçejo no tenian propios para seguyr el dicho pleyto tomo prestados de algunas personas seyss mil maravedies segund pareçia y contava por çierto testimonio que ante…”. Concejo de Córdoba, 21-08-1538.

     Tenemos más referencias del sitio. Entre los bienes que legó Martin Gil Paniagua estaba “una haça de tierras questa en el arroyo del Pozo del Quenta donde dizen la Armadilla”.
     Al sur de Villanueva, y muy próximo a ella, existe un arroyo llamado hoy de la Almadilla, que cruza la carretera a Adamuz en el conocido como Cercón del Niño Herruzo. Nace un poco más arriba, cercano a un pozo público, llamado actualmente Pocito de los Adobes, a la salida por el Montecino. El pozo está a medio kilómetro del primitivo poblado de la calle Real (a donde se llegaría por la calle Cepas y el Callejón de la Báscula), en el camino que se dirigía a Montoro por la Loma de la Higuera (más corto que el otro trayecto a esa población, del que se habló arriba, la vía pecuaria que pasa por la actual estación del AVE) y, quizá no por casualidad, en el extremo opuesto a Pedroche. Si sobre cuál fue o dónde estuvo el Pozo la Cuenta hay dudas, el lugar de la Almadilla, en general, sí es conocido.
     Parece que la “defensyon” de aquellos vecinos no quedó en balde. El 18-07-1552 se reunía el Concejo para leer una provisión real por la que se autorizaba un nuevo reparto entre el vecindario de hasta 50.000 maravedíes, aunque también planteaba en ella “sy es provechoso al dicho Conçejo que se venda algun pedaço de dehesa o exido o echarse por repartimiento los dichos maravedies entre los vecinos de la dicha villa”. Estas dehesas no podían ser la Jara ni las Navas del Emperador porque el Concejo de Villanueva carecía de capacidad para su enajenación.
     El primer paso fue presentar las cuentas del concejo. Entre los ingresos estaban varias multas a personas por “siertos puercos que avian entrado en la dehesa desta villa”, o “porque se le entraron las ovejas en la dicha dehesa”. Entre los gastos constaban haber pagadotres rreales a Francisco Munnoz Barvero por rrazon de aver guardado la dehesilla desta villa”, y “a Juan Rruyz Pozuelo dozientos y sesenta y çinco maravedies y medio que pareçe que dio a çiertos honbres que fueron a lindar la dehesa desta villa”.

FOTO 9


Pareçio por otro mandamyento firmado del alcallde y escribano aver dado el dicho mayordomo a Juan Rruyz Pozuelo dozientos y sesenta y çinco maravedies y medio que pareçe que dio a çiertos honbres que fueron a lindar la dehesa desta villa”. Concejo de Villanueva de Córdoba, 18-04-1552.

     Posteriormente, varios vecinos prestaron declaración al planteamiento de la venta de la dehesa que hacía el Rey, recomendando mayoritariamente que no se hiciese al ser el único lugar para aprovechamiento común. Esto indica que el año antes de obtener el ansiado título de villa Villanueva ya contaba con una dehesa propia, y por la referencia al deslinde ese mismo año, parece que se obtuvo no lejos de esa fecha. No hemos encontrado referencias a dónde pudo encontrarse ni cuándo se concedió, pero la que fue dehesa de los propios de Villanueva, la Dehesilla de Peña Martos, al sur de la población, la cruzada el arroyo de la Almadilla. Y dehesilla era también llamada en 1552.

     Queda mucho por conocer de ese tiempo, antes de que Villanueva fuera villa con jurisdicción propia en 1553, como todo el proceso de emancipación; la ubicación del primer ejido y su proceso de urbanización; o la forma de conseguir la primera dehesa de propios.

NOTAS
[1] Juan Ocaña Torrejón (1972): Callejero de Villanueva de Córdoba. Colección de datos históricos, pág. 25.
[2] Miguel Muñoz Vázquez, “Documento inédito para la historia de Villanueva de Córdoba”, Revista de Feria de Villanueva de Córdoba de 1989.
[3] Quintanilla González E. R. (2003) “El desarrollo del territorio de Oveja en época medieval: alfoz, dehesas, cotos y egidas. Estudio histórico-geográfico”, Crónica de Córdoba y sus pueblos IX, pp. 178-179.
[4] Juan Bautista Carpio Dueñas, María Dolores Martínez Fernández (1994): “Un caso más de independencia de una aldea respecto a una villa: Torrecampo”, Historia Medieval: actas del II Congreso de Historia de Andalucía, Vol. 2, págs. 91-98.
[5] Juan Ocaña Torrejón (1981): Villanueva de Córdoba. Apuntes históricos, págs. 17-18.
[6] Juan Gregorio Nevado Calero (2005), “Villanueva de Córdoba en sus orígenes”, Villanueva de Córdoba ayer y hoy, Actas de las Primeras Jornadas de la Real Academia de Córdoba en Villanueva de Córdoba (20 noviembre 2004), pag. 28.
[7] Juan Gregorio Nevado Calero, “Villanueva de Córdoba en sus orígenes”, pág. 29.
[8] Ocaña Torrejón, Villanueva de Córdoba… pág. 61.
[9] Ocaña Torrejón, Villanueva de Córdoba… pág. 165.
[10] José Ignacio Fortea Pérez (1980), Córdoba en el siglo XVI: las bases demográficas y económicas de una expansión urbana, pág. 67.

[11] Sobre la ubicación de los antiguos lugares habitados en el Pedroche, vid. José Luis del Pino García, Juan Bautista Carpio Dueñas (1998): “Los Pedroches y el despoblado medieval de Cuzna”, Antiquitas 9.

[12] José Luis del Pino García, Juan Bautista Carpio Dueñas (1998): “Los Pedroches y el despoblado medieval de Cuzna”, Antiquitas 9, págs. 188-189.

[13] José Ignacio Fortea Pérez, Córdoba…, págs. 72-73.