En el dolmen de Las Agulillas

martes, 25 de febrero de 2020

VILLANUEVA DE CÓRDOBA EN 1540. I.


I.- Orígenes. Dependencia administrativa de Pedroche.

Juan Palomo Palomo. Javier Torralbo Gallego.

     La historia de Villanueva fue trazada por don Juan Ocaña Prados en 1911, con la publicación de su libro Historia de la villa de Villanueva de Córdoba. Como secretario del Ayuntamiento tenía acceso directo al archivo municipal, y en su obra volcó muchos de los documentos en él conservados.
     Hay que destacar el enfoque histórico que le imprimió don Juan Ocaña Prados a su obra, preocupándose por mostrar aspectos que entonces no eran apenas tenidos en consideración, como salarios, economía, vida cotidiana… con lo que se adelantó un par de décadas a la escuela francesa de los Annales y su concepción de “historia total”, al no considerar solo la historia de los tratados, batallas y élites. Las tendencias historiográficas actuales van por el camino que siguió nuestro primer historiador local. Este es un mérito que hay que darle a don Juan Ocaña Prados.
     Su hijo, don Juan Ocaña Torrejón, prosiguió la obra de su padre, aportando muchos y abundantes documentos sobre la historia local y comarcal, especialmente en su Callejero de Villanueva de Córdoba de 1972, y Villanueva de Córdoba. Apuntes históricos, de 1981.
     Los Ocaña expusieron que, con su primera denominación de Encina Enana, la población surgió en la zona de la calle Casas Blancas y las Cañadas. En la calle Casas Blancas habría habido un oratorio dedicado a San Sebastián.
     Este primitivo poblado se habría expandido hacia el sur y suroeste, con la calle Cerro como eje. Ocaña Torrejón [1] informó de la existencia en la esquina de las calles Cerro y Conquista de la “cárcel vieja” (la “nueva” estuvo desde comienzos del siglo XVIII en la planta baja del actual ayuntamiento, en la plaza). Posteriormente, el pueblo continuó su desarrollo hacia la plaza, por donde pasaba el camino que se encaminaba hacia Pedroche.
     Ocaña Prados no era natural de Villanueva, y para su libro, además de los archivos del ayuntamiento, debió de recoger la tradición oral mantenida en Villanueva, pues la documentación sobre esa época era muy escasa, comenzando los protocolos de los escribanos locales a finales del siglo XVI e inicios del XVII, elementos que sí empleó su hijo Juan Ocaña Torrejón.
Ahora hemos ampliado nuestro conocimiento sobre los primeros tiempos de Villanueva de Córdoba. Una serie de documentación sobre todo de orden notarial de distinto tipo (particiones de herencias, inventarios de bienes, cuentas de tutorías, denuncias y querellas, censos para repartimientos entre el vecindario, reparto de solares…), y del Concejo municipal de 1500 a 1552, pero especialmente de 1529-1541, nos permiten vislumbrar un poco más, de primera mano, cómo era la Villanueva de Córdoba de hace casi cinco siglos, en las primeras etapas de su crecimiento.
     Es en un tiempo en que no se había independizado de Pedroche, lo que consiguió en 1553 al obtener el título de Villa. Vamos a basarnos solo en la documentación, sin intentar conjugarla con otras cuestiones que ya demos por supuestas; intentaremos ser absolutamente “positivistas” respecto a esta documentación, e incorporando solo otros datos que tengan soporte documental. También se ha respetado la grafía de los nombres propios, escribiéndolos como aparecen en la documentación.

LOS ORÍGENES: CAMINOS, AGUA Y ENCINA ENANA.
     La primera mención a Villanueva con su nombre primigenio, Encina Enana, es de 1437 [2]. Por la fecha y el lugar, parece que el nacimiento se debió al tránsito de los ganados de la Mesta, que comenzaron el siglo anterior. Había abundante agua subterránea en un lugar con arroyos de muy escasa entidad, lo que podría haber sido un factor de impulso para algún tipo de asentamiento humano en estos caminos de carne. (Siglos después. Conquista, Azuel, Cardeña y Venta del Charco surgieron como poblaciones a partir de ventas que había al servicio de los caminos.)
     El Cronista de Obejo, E. Ricardo Quintanilla González [3] describe así las vías pecuarias al entrar en la provincia de Córdoba:
La Cañada Real Soriana tras pasar el río de Guadalmez y seguir por el que sería término de Torrecampo se escindía en dos ramales: El de la derecha tomaba dirección él Pozoblanco y allí a su vez se dividía en dos; uno hacia el Puerto del Calatraveño y otro cogía el llamado camino de la Campiña, llamado posteriormente Real de la Campiña o real de Pozoblanco a Adamuz, que tras atravesar el arroyo de Navatablado seguía por las ventas de la Jara, Chumba y Mercader a seguir el curso del río Varas y pasar por Adamuz. El ramal de la izquierda pasaba por los parajes donde surgiría Villanueva de Córdoba y una vez allí se dividía en tres; el primero salía por el después conocido como camino de Encina Enana a Adamuz a cruzar el río Matapuercas y pasado éste, una parte se dirigía por el Corzo, Navezuelas de Montoro, Venta de Agua Dulce y Adamuz y volverse a bifurcar, una parte hacia Pedro Abad y la otra, unida a la mencionada de Pozoblanco, en dirección a Alcolea y la otra parte se dirigía hacia el Pajonal, Puntal de las Merinas, río Varas abajo, la Viuda y llegar a las mestas de Adamuz y Ovejo. La segunda vereda de 25 varas o 20,89 metros de anchura, salía de Villanueva por el camino del Rongil, llamado después Brazales y de Mestas o de Córdoba, actual carretera a Ovejo, hasta llegar a la Venta de la Jara y continuar por ella por los Altos del Rongil hasta aproximadamente el actual kilómetro 20, en donde cogía a la izquierda el camino de la Fuente de Córdoba que tras pasar las casas del Berrueco llegaba por bajo de la citada fuente y proseguir hasta las Mestas de Adamuz y Ovejo y reunirse con el anterior subramal. La tercera que salía de Villanueva, lo hacía por el camino de Montoro, dirección Venta de los Locos…”.
     Los antiguos pozos alargados, pensados para que varias personas sacaran agua a la vez como era menester con los ganados trashumantes, nos marcan el trazado de las vías pecuarias por Villanueva. De los tres ramales que partían de la actual Villanueva el primero (el camino de Encina Enana a Adamuz) entraba por el camino de Torrecampo, pasando junto a la Fuente del Sordo y transitando por las actuales calles Castillejos, Cañadas, Ventura, Cruz de Piedra, Nieve, Sol, Peñascal, Laguna del Pino… hacia Córdoba. Los pozos de la Cañada y la Fuente de la Estrella atendían al tránsito en este camino.
     La segunda vereda (por el camino del Rongil) dejaba el primer ramal al entrar en lo que es hoy es Villanueva transitando por las calles Torrecampo, Fuente, Egido, Industria, Luna, Ronda del Calvario… en dirección a Obejo. Se conservan dos pozos alargados, la Fuente de Juan Blanco y la Fuente Grande.
     El tercer ramal hacia Montoro dejaba el primero, el que iba a Adamuz, al sur de Villanueva al cruzar el arroyo de la Almadilla, prosiguiendo hacia el SE y, cerca de la actual estación del AVE de Villanueva, cruzaba el camino real de la Plata.
     La red viaria entre el valle del Guadalquivir y el interior de la Meseta se modificó a finales de la Edad Media. El camino de Córdoba a Toledo que describió Idrisi en el siglo XII, que transitaba por el Bacar y Pedroche, dejó de emplearse al imponerse el conocido como camino real de la Plata, por Adamuz y Almodóvar del Campo a mediados del siglo XV. El término de Pedroche llegaba hasta este camino. 
     Entre las ventas de Orán y de los Locos el camino real de la Plata, como se decía arriba, se cruzaba con el camino a Montoro, desde la entonces Encina Enana se podía proseguir en dirección a Pedroche.
     Parece ser que mediados del siglo XV Encina Enana estaba compuesta por unas cuantas casas de techumbre vegetal que habitaban algunos cuantos vecinos de Pedroche temporalmente durante algunas épocas de labores agrarias. Hacia 1480-90 el lugar comenzó a poblarse con gente que ya residiría allí continuamente, primero en chozas y luego en “casas pagizas” de cubierta vegetal, contando 8-9 vecinos. En 1530 el vecino de Pozoblanco Juan Gutierres afirmaba “que en el tiempo que por aquella tierra anduvo se nonbrava Enzyna Enana y todas aquellas tierras eran de vezynos de Pedroche y sus labores y cryaderos de sus ganados y los que estavan en el aldea eran vezinos de Villa Pedroche que tenian alli sus cortijos y sus casas y sus vinnas en Pedroche y en aquel tiempo que puede aver quarenta e çinco annos avria que el dicho lugar de Villanueva hasta ocho o nueve vezinos y que los mas de ellos eran vezinos de Pedroche y se yvan a las sus vinnas e casas”.

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A la trezena pregunta dixo este dicho testigo que lo sabe como en ella se contiene preguntado como lo sabe dixo que porque su padre deste testigo tenia ganado ovejuno y que muchas vezes ivan con el dicho ganado por el lugar donde esta asentada la dicha Villanueva y se nonbraba Enzyna Enana y era cortijos de los vezinos de la villa de Pedroche que tenian alli sus labores e cryaderos y este testigo los vio arar alli y que despues se ivan a sus casas que eran vezinos de la dicha villa de Pedroche y mucha parte de los que estan en el dicho lugar se poblo de la dicha villa de Pedroche y que puede aver çinquenta annos que se acuerda este testigo y no avia en el dicho lugar casy vezino ninguno de asiento y sy lo avya eran muy pocos porque todos eran labradores de la villa de Pedroche que venian a labrar a estas tierras y esto que lo vido este testigo andando por en la comarca con el dicho ganado.” Testimonio de Pero Sánchez, Pozoblanco, 09-07-1530.

     El tiempo del posible inicio del poblamiento de Encina Enana, década de 1480 aproximadamente, es bastante tardío, pues a finales del siglo XV cinco de las luego Siete Villas de los Pedroches (Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco y Alcaracejos) ya tenían rango de villa, y confirma que el poblamiento de los Pedroches en la Baja Edad Media se hizo de occidente a oriente. (Conquista se fundó por orden de Felipe II a petición del Concejo de Córdoba en 1579 en el camino real de la Plata. Cardeña es muy posterior, se comienza a poblar a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.)

DEPENDENCIA ADMINISTRATIVA DE PEDROCHE.
     Por la época en que Encina Enana comenzó a poblarse con gente “de asiento”, que comenzaban a vivir permanentemente allí, tres aldeas de los Pedroches consiguieron emanciparse de sus villas matrices: Alcaracejos de Torremilano; y Pozoblanco y Torrecampo de Pedroche. Esto quizá sirvió de incentivo para que los vecinos de la ya Villanueva de Córdoba intentaran desde el primer momento tener jurisdicción por sí, fuera de la dependencia de Pedroche. Y, también, que esta villa tuviera unos precedentes y una experiencia que aplicó ante los intentos de emancipación de Villanueva.
Podemos ver el caso de Torrecampo, cuya independencia ha sido estudiada por Juan Bautista Carpio Dueñas y María Dolores Martínez Fernández, a quienes seguimos [4].
     En 1468 los vecinos de Torrecampo se dirigieron al Concejo de Córdoba solicitando tener justicia propia, argumentando la lejanía de la población de Pedroche y las molestias que causaba a sus habitantes. Torrecampo estaba asentado en el término y jurisdicción de la villa de Pedroche, aunque jerárquicamente esta dependía de la ciudad de Córdoba, de ahí la solicitud de Torrecampo. El Concejo de Córdoba concedió a Torrecampo un alcalde, aunque solo para causas con cuantía inferior a los sesenta maravedíes; en las de más cantidad, o en el resto de asunto como reparto de impuestos, los vecinos de Torrecampo seguirían sujetos a la autoridad de Pedroche.
     Diez años más tarde los vecinos de Torrecampo consiguieron que la propia monarquía avalase su independencia, aunque al poco se revocó la concesión y tornaron a la dependencia de Pedroche. Los conflictos continuaron, acusando el Concejo de Pedroche a los de Torrecampo de nombrar jurados (una especie de representantes de los ciudadanos) y adoptar otras decisiones que les permitieran aparentar tener Concejo propio. Era una situación compleja, aunque en lo económico los vecinos de Torrecampo seguían dependiendo del Concejo de Pedroche en algo tan importante como el repartimiento de impuestos.
     No se sabe exactamente cuándo por la desaparición de archivos, pero parece ser que en 1493 Torrecampo ya tenía autonomía respecto a Pedroche, contando una dehesa para aprovechamiento exclusivo de la gente de Torrecampo. Habían tardado al menos veinticinco años en conseguirlo.
El proceso seguido por la gente de Villanueva de Córdoba fue similar al emprendido por los vecinos de Torrecampo, dirigirse en primer lugar a la autoridad superior de Córdoba, sin hacerlo ante quien tenía la primera jurisdicción, Pedroche.

La concordia de 1500.
     El 06-05-1499 los componentes del Cabildo de Córdoba “proveyeron en la petición del lugar de Encina Enana en que mandan que de aquí en adelante se llame Villa Nueva de Córdoba, y que haya un alcalde y un escribano en la dicha villa”. El 15 del mismo mes nombraban escribano a Martin García Pozuelo; por alcalde, a Ruy López, y para aguacil a Juan Ruyz de la Cruz el Mozo [5].
     “Al cambiar el nombre de Encina Enana escogieron uno que asume la identificación jurídica y al mismo tiempo el ámbito jurisdiccional: por un lado villa y por otro Córdoba. Seguro que fue un acto de inteligencia y valentía mezclado con audacia” [6], pues, a pesar del nombre, no habían conseguido la exención jurisdiccional y seguía siendo un lugar dependiente de Villa Pedroche.
     Y es que el nuevo nombre de “Villanueva” no era casual, pues la aspiración del vecindario era alcanzar su jurisdicción propia como villa, y sin depender de Pedroche. Sin serlo, se comportaba como villa pues, además del alcalde, aguacil y escribano asignado por Córdoba, en el año 1500 había alcalde y alguacil de Hermandad, y mayordomo de propios. Según la legislación castellana los lugares y villas de más de treinta vecinos podían contar con su propia cuadrilla de Hermandad. Pero el mayordomo de propios era el encargado de las finanzas del Concejo. Años antes Pedroche acusaba a los vecinos de Torrecampo de “faser otros abtos por donde se puede llamar conçejo” [4]. Los de Villanueva hacían lo mismo.
     Un año después de obtener el nuevo nombre, con fecha de 02-10-1500, el Conçejo e corregidor de la muy noble e muy leal çibdad de Cordova” estudiaban el “pleyto que tenian las dichas villas la una contra la otra sobre la esençion que pretendia la dicha Villanueva de la juridiçion de la dicha villa de Pedroche”. Para ello, pocos días antes, el 30-09-1500, el concejo de aldea de Villanueva se reunía en la iglesia de San Miguel para otorgar una carta de poder a sus representantes para concertar una concordia con la villa de Pedroche.

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Sepan quantos esta carta de poder vieren como nos el Conçejo de Villanueva de Cordova villa de la muy noble e muy leal çibdad de Cordova estando ayuntados en la yglesia de San Miguel desta dicha villa a campana tannyda e a Conçejo llamados segund que lo avemos de uso y buena costumbre conviene a saber Miguel Martynez Pozuelo, e Benito Garçia, e Gonçalo Garçia Odrero, e Juan Lopez, çapatero, e Juan Garçia Cavallero mayordomo del Conçejo, Hernando Lopez del Castillo, Bartolome Sanchez…

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escriptos ques hecha en la Villanueva de Cordova treynta dias del mes de septienbre anno anno del nasçimiento de Nuestro Salvador Yesus Cripto de mil e quynientos annos testigos que fueron presentes llamados e rrogados Geronymo de Vilches, vicario, e Anton de Pedra[jas] vezyno de Torremilano, yo Martin Garçia Pozuelo escribano…

     El corregidor de Córdoba aprobaba el acuerdo de concordia alcanzado por ambas villas, cuyas capitulaciones fueron las siguientes:
Primeramente que la dicha Villanueva se nonbre Villanueva de Cordova.
Yten que la dicha villa de Villanueva tenga un alcallde hordinario que juzgue e pueda juzgar entre los vezinos e moradores de la dicha villa hasta en cantidad de trezientos maravedies y no mas.
Yten que asymismo se le de e tenga en dicha villa de Villanueva un alguazil.
Yten que tenga asymismo e se le de a la dicha villa un escribano que de fe en todas las cosas que passaren.
Iten que en las causas de cantidad de mas de los dichos trezientos maravedies quede subjecta la dicha villa y los vesinos e moradores a la dicha villa de Villa Pedroche para que por los alcalldes della lo juzguen como de antes.
Iten que asymismo la dicha villa de Villanueva e vesinos e moradores della queden subjetos segund que de antes estavan a la dicha villa de Pedroche en los rrepartymientos e derramas e pagar alcavalas e diezmos e en todas las otras cosas en que de antes del este pleyto estavan sometidas a la dicha villa.
Iten que los vesinos de la dicha villa de Pedroche ny algunos dellos no sean rresçibidos por vesinos de la dicha villa de Villanueva de aquy adelante, pero los que hasta agora se an ydo puedan estar en la dicha villa de Villanueva y que en los rrepartimyentos que se hizieren por la dicha villa de Villa Pedroche con los vezinos e moradores de la dicha villa de Villanueva por mandado del Rrey e de la Rreyna nuestros sennores o por la çibdad de Cordova sea cojedor e cobrador vesino de la dicha villa de Villanueva e que el dicho cogedor sea obligado de lo llebar a la dicha villa de Pedroche a los plazos e so las penas que Sus Altezas o Cordova mandare.
Iten que el dicho alcallde que estovyere en la dicha villa de Villanueva pueda rresçibir las quexas que ante el se dieren de dentre los vezinos de la dicha villa Villanueva e avida su ynformaçion enviar los que prendieren a la cibdad de Cordoba como se acostumbra en las otras villas.
Iten que el dicho alcallde e alguazil que estuviere en la dicha villa de Villanueva no traygan ni puedan traer varas salvo dentro en la dicha villa de Villanueva e no fuera de la dicha villa.”
     Aunque tan temprano acuerdo no zanjó las diferencias, ni la pretensión de Villanueva de librarse de la jurisdicción de Pedroche; ni la negativa de Pedroche a permitirlo.
     El siguiente paso del vecindario de Villanueva fue intentar conseguir un término propio. El 06-11-1504 solicitaron a Córdoba “se les indique por parte de la ciudad quién tiene la plena jurisdicción sobre los pastos del término” [7]. El Concejo cordobés no tomó ninguna determinación, y no asignó ningún espacio privativo para los vecinos de Villanueva. Además, buena parte de los terrenos eran de aprovechamiento común entre las villas de los Pedroches (la Dehesa de la Jara), lo que ocasionó conflictos posteriormente.

Solicitud de un segundo alcalde.
     En 1529 el Concejo de Villanueva solicitó a Córdoba que se nombrase un segundo alcalde dado que el que había “era labrador que avia de entender en su fazienda toda la semana no podia rresidir continuamente en la dicha villa y era muy neçesario que oviesse otro alcallde para que las vezes el uno y a las vezes el otro rresidiessen en la dicha villa” para atender a los vecinos, pues cuando se impuso un alcalde en la concordia de 1500 “entonçes la dicha villa de Villanueva era de muy pocos vezinos e que despues aca se avia poblado mas porque podría aver en ella çiento e çinquenta vezinos".
     Argumentaban desde Villanueva distintas cuestiones para avalar su solicitud:
     Que los oficiales de Pedroche hacían ellos solos los repartos de alcábalas (un impuesto de la época), sin tener en cuenta a los de Villanueva, a los que les impedían asistir a las reuniones en las que se decidían los mismos. También imposibilitaban que “los vezinos que vivian en la dicha villa de Villanueva venydos de la dicha villa de Pedroche e los que se venian cada un dia porque el pueblo no se aumentasse ni hiziesse creçimiento de lo que era no querian ni conssentian que pechassen ni sirviesen” en Villanueva.
     Que obligaban a los vecinos de Villanueva a ir hasta Pedroche, distante tres leguas, para cuestiones de justicia, lo que hacía que muchos desistiesen de reclamar “ny demandar ante su juez por les fazer mas costa e por que saliessen a pagar por no poder yr tanta tierra”.
También que “los vezinos y personas poderosas de la dicha villa de Pedroche les comian los panes e majuelos y dehesa boyera y se les defendian y no consentian a correr los dichos ganados que se comian los dichos panes y bynnas e dehesas salvo que dezian que los avian de llevar al corral del Conçejo de la villa de Pedroche”. Dado que las autoridades de Pedroche que debían juzgar tales hechos eran los dueños de esos ganados, creían que las sentencias podrían ser previsibles…
     Los vecinos de Villanueva consideraban que las autoridades de Pedroche “los querian por labradores y esclavos suyos”, estando incluso dispuestos a abandonar y despoblar el lugar e irse a “Santofimya donde seryan bien rresçibidos y a otras partes que les darian la libertad porque a ella no la tenían”. El señorío de Santa Eufemia había tenido un gran interés por las tierras de los Pedroches, con lo que aquel posible traslado de centenar y medio de vecinos supondría una pérdida no solo para Pedroche, sino también para la jurisdicción de Córdoba. Pero aquello sonaba más a baladronada que a posibilidad real, pues la etapa de las intromisiones de la nobleza ya habían pasado. También los vecinos de Pedroche emplearon posteriormente este mismo argumento: si Villanueva se eximía de sus jurisdicción, serían ellos los obligados a irse al condado de Santa Eufemia.

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verian como los querian por labradores y esclavos suyos por ende que pedian que no consyntiessen que de tal manera fuessen tratados pues dello Dios nuestro sennor no hera servydo e porque les era tanto perjuiçio que pensavan de yrse a poblar otro lugar e perder las vidas por salir de servidumbre tan agravyada porque pedian al dicho juez les mandasse fazer justiçia como quedassen por vasallos de Cordova e no se fuessen a Santofimya donde seryan bien rresçibidos y a otras partes que les darian la libertad porque a ella no la tenían…”. Manifestación del Concejo de Villanueva ante el alcalde mayor de Córdoba, 13-04-1529.

     Aunque en principio el alcalde mayor de Córdoba aprobó el segundo alcalde para Villanueva el 21-06-1529, el recurso de Pedroche ante la Chancillería de Granada lo anuló, remitiéndose a la concordia entre Pedroche y Villanueva de 1500, por la cual solo podía haber un alcalde que atendiese las quejas de los vecinos.

Ventajas de la ubicación y repartimientos.
     Todas las cuestiones de Villanueva superiores a trescientos maravedíes, argumentaba el Concejo de Pedroche a tenor del compromiso de 1500, debían que pasar por él, negándole cualquier capacidad de autogestión, como por ejemplo repartir solares en el ejido para poder edificar casas o nombrar guardas para las tierras de realengo. Los vecinos de Villanueva carecían de propios, un lugar para ellos solos donde abastecerse y poder trabajar, y sus únicos ingresos eran ochocientos maravedíes que recibían del Concejo de Pedroche para pagar los guardas de las dehesas boyales, “que no bastaban para pagar los salarios”. En 1552 el Concejo de Villanueva estimaba que el coste de los pleitos con Pedroche alcanzaba ochenta mil maravedíes. Las diferencias entre ambas cifras son notables.
     Si los vecinos de Villanueva pretendían independizarse de Pedroche desde que cambió el nombre del lugar en 1499, los de Pedroche también tenían muy claro desde el inicio que no les interesaba esa emancipación. De ahí que uno de los capítulos de la concordia de 1500 impidiese que los vecinos de Pedroche pasaran a residir desde entonces en Villanueva.
     En 1530 el Concejo de Pedroche presentaba al de Pozoblanco una serie de preguntas para que las respondieran vecinos de Pozoblanco, como testigos imparciales, lo que se hizo con el fin de presentar esas declaraciones en el pleito que por entonces tenían con el “Conçejo y onbres buenos del lugar de Villanueva de Cordoba”. En la decimosegunda pregunta el Concejo de Pedroche planteaba a los declarantes “sy saben etcetera que si el dicho lugar de Villanueva y los alcaldes della toviesen juridiçion para conosçer de todas las causas çeviles la dicha villa de Pedroche e vezinos della rresçeberyan muy grande agravio y perjuizio por estar el dicho lugar poblado en la jurisdiçion de la dicha villa y en las labores e criaderos de los ganados de los vezinos della, porque si la dicha Villanueva toviese jurisdiçion cada dia les destruiryan sus labores e criaderos acorralandoles sus ganados o faziendoles otras fatygas a la qual cabsa la dicha villa de Pedroche se despoblarya e los vezinos della se yryan a lugar de sennorio porque no podrian bivir en ella”.
     Los testigos de Pozoblanco mayoritariamente confirmaban la opinión del Concejo de Pedroche: si Villanueva alcanzaba jurisdicción por sí, y se eximía de Pedroche, sería en perjuicio de esta población. Uno de estos testigos, Pero Sanchez, de sesenta años, explicaba el motivo: “por estar el dicho lugar de Villanueva asentado dentro en el termino de la dicha villa de Pedroche y las labores y cryaderos de los ganados de la dicha villa llegan al derredor de dicho lugar de Villanueva y la dicha villa de Pedroche no tenia por donde salir con sus ganados por estar el termino del sennor don Rrodrigo Mesya y por otra el termino de Calatrava y por otra el termino de Montoro y por otra el de Ovejo y Adamuz y por estar muy çerrada la dicha villa de Pedroche les avria mucho danno e perjuyzio a los vezinos della”.
     El término de Pedroche limitaba al norte con el señorío de Santa Eufemia, que durante el siglo XV había mostrado sus apetencias por las tierras de realengo de los Pedroches. Al oeste de Pedroche estaban las villas de Torremilano, Añora y Pozoblanco. Al sur, al acabar el batolito granítico, se extendía el montuoso alfoz de Obejo. La salida natural de Pedroche era hacia el E y SE, hasta llegar al termino de Montoro (hoy Cardeña) en Navalazarza, Ventas Nuevas y Torrubia. Y allí, en el lugar de expansión de Pedroche, precisamente, era donde hacia 1480-1490 comenzó a poblarse el lugar de Encina Enana (Villanueva de Córdoba desde 1499), lo que constreñía a Pedroche, impidiendo su crecimiento al ocupar su lugar de expansión.
     El tiempo le dio la razón al Concejo de Pedroche. Esta villa, que en 1530 tenía hasta mil vecinos, solo contaba con 430 en el 1657. Este mismo año Villanueva de Córdoba duplicaba esa población, con 817 vecinos (v. gráfico 2).
     También parece que estuvieron atinados aquellos primeros colonos que a finales del siglo XV apostaron por residir en Villanueva de Córdoba, pues hacia el límite al este del término de Pedroche (el camino real de la Plata de Córdoba a Toledo por Adamuz y Almodóvar del Campo) no había casi poblamiento alguno y, además, estaba la también deshabitada mitad norte del término de Montoro (hoy Cardeña). Symon Rruyz, de sesenta años, uno de los vecinos de Pozoblanco llamados a declarar en 1530, afirmó “que conosçio labrar en los Rrinnosillos a Bartolome Sanchez Vaquero, y en las Ventas Nuevas a Pero Alonso de la Guardia e a sus hijos, y en las Torruvyas a Rrodigo Alonso, jurado, y que estan las Torruvyas una legua de la otra parte del camino, y a Juan Pescueço como dicho tyene en la pregunta anterior desta en Navalaçarça, que es en la otra parte del dicho camino rreal”. Navalazarza, Ventas Nuevas y Torrubia pertenecían al entonces término de Montoro e inmediatas al Camino de la Plata.
     Los pleitos entre ambos concejos se sucedieron ininterrumpidamente en la primera mitad del siglo XVI y, ante la escasez de fondos propios del Concejo, algunos vecinos adelantaron seis mil maravedíes para defender su causa en los tribunales. Para pagarles, y continuar pleiteando, se recurrió al “repartimiento” de ciertas cantidades entre el vecindario, para lo que necesitaban autorización. El 21-08-1538 el Concejo de Córdoba le dio licencia para repartir 3.000 maravedíes; por provisión real de 06-09-1539 se autorizaba el repartimiento entre los vecinos de hasta 20.000 maravedíes para continuar las demandas, en tanto el Concejo de Villanueva “no theniades rrentas ni propios mas de ochoçientos maravedies en cada un anno que no bastaban para pagar los salarios”; finalmente, el 04-02-1541 el Concejo de Córdoba daba permiso para repartir otros 3.000 maravedíes.
     Una década después, en 1552, el Concejo de Villanueva estimaba que se necesitaban 80.000 maravedíes para proseguir los litigios con Pedroche, obteniendo licencia del rey para poder repartir entre los vecinos hasta 50.000 maravedíes más. (Con la obtención de la categoría de villa, y su independencia de Pedroche, no cesaron los pleitos para el Concejo de Villanueva. El 12 de septiembre de 1588 se reunía para estudiar la provisión real de Felipe II dada a su petición para hacer otro reparto por 300 ducados, 112.500 maravedíes, para poder continuar con otros litigios.)
El reparto se hacía en función de la capacidad económica de cada pechero (los más pudientes pagaban varias pechas, mientras que los menos solo cotizaban un cuarto de pecha), por lo que el Concejo nombraba una comisión para que efectuase la partición.

E le quebraron la vara e rrasgaron la capa…
     En 1539 los conflictos entre la villa de Pedroche y su lugar de Villanueva subieron de nivel. Según Juan Rruyz de Obejo, escribano de Pedroche, un día de ese año fue con el alcalde de esa villa, Pero Munnoz Moscoso, y el alguacil mayor de Pedroche, Anton de Castro, hasta Villanueva, y una vez allí “el alcallde mando pregonar que si alguna persona o personas quisiesen pedir justiçia que fuesen antel que les faria justiçia por escansallos de costes e trabajos que no fuesen a la dicha villa de Pedroche, e que si algunas personas oviese que quisyesen pedir o dar quentas de tutelas de menores que fuesen antel que los oyria por escansar de la dicha costa e trabajo, y esto que lo sabe porque vido dar el dicho pregon”.
     Lo sucedido luego, según la versión de Anton de Castro, alguacil mayor de Pedroche que estaba presente, fue lo siguiente: “estando el dicho Pero Munnoz Moscoso alcallde hordinario de la dicha villa de Pedroche en el dicho lugar de Villanueva de Cordova mando a Benito Gomez, escribano publico del dicho lugar de Villanueva, mostrase antel el rregistro e copia de las tutelas que antel pasavan para ver quyen heran los tutores e curadores para les tomar las quentas de las dichas tutelas, y el dicho Benyto Gomez escribano dixo que no se las queria dar ny hera obligado a de las mostrar porque no hera juez para ello ni lo conoçe por tal por tal juez, y antes los tenya a todos por alborotadores e que no yvan syno alborotar e que no lo conoçya por alcallde syno por Pero Munnoz de Moscoso vezino de Pedroche…”.
     No quedó ahí el asunto. Continuaba diciendo el alguacil Anton de Castro: “El mysmo dia en la noche fue a casa del dicho Pero Diaz de Luna alcallde del dicho lugar de Villanueva… e hallaron alli al dicho Benyto Gomez escribano, e Anton Lopez alguazil del dicho lugar, y a su padre del dicho escribano e a otras munchas personas que el dicho alcallde andava convocando … como … dixo el dicho Pero Munnoz Moscoso al dicho Benyto Gomez escribano otra vez que le mandava que le diese la copia e rrelaçion de las tutelas que antel pasan e que el dicho escribano le torno a dezir que no queria darselas ny hera obligado ny le thenya por juez para se dar, e que otra vez torno a dezir que no los thenya syno por unos alborotadores e por tales heran thenydos, e visto el desacato que tuvo el dicho Benyto Gomez en tornarse afirmar en lo que primero avia dicho, mando a este testigo que lo prendiese, y este testigo lo asyo, e tomo, e prendio para lo llevar a la carçel, e despues de asydo este testigo rrequirio a los questavan presentes que le diesen favor e ayuda … los quales no se la quysieron dar antes hizieron el contrario, que el dicho Pero Diaz de Luna alcallde del dicho lugar mando a su alguazil que prendiese a este testigo e le quytasen al preso, e visto lo que el mando asyeron al dicho Benyto Gomez escribano el dicho Alonso, hijo del dicho alcallde, y el dicho Pero Gomez de Sanbenyto, padre del dicho escribano, e andavan todos rrevueltos e vido como el dicho alcallde de Villanueva e alguazil estavan ençima del testigo, pero que no vido sy estos le quytaban el preso mas de como se lo quytaron e lo pudo llevar a la carçel, e le quebraron la vara e rrasgaron la capa, e visto por el dicho alcallde como se alborotavan e rrecreçia gente del dicho lugar porque no oviese escandalo ny muertes de honbres mando a este testigo que dexase al dicho Benyto Gomez…”.
    No parece extraño que al año siguiente, aunque por otra causa, el alcalde Pero Martin Vaquero y el escribano Benito Gomez de San Benito fueran encarcelados por orden del alcalde de Pedroche.

La Dehesa de la Jara.
     Desde aproximadamente 1470 la Dehesa de la Jara fue asignada para aprovechamiento exclusivo de los vecinos del Pedroche. Al irse independizando nuevas villas, sus vecinos siguieron beneficiándose de ella.
     La Jara está muy próxima a Villanueva, y de esa cercanía surgió el gentilicio de sus naturales, “jarotes”.
     Una de las capitulaciones de 1500 entre Pedroche y Villanueva estipulaba que el alcalde y aguacil de esta última solo podrían llevar varas (signo de su autoridad, y donde podían ejercerla) dentro de ella y no fuera, y, según argumentaba el Concejo de Pedroche, “los alcaldes y aguacil [de Villanueva] andan por el término y se llevan varas, prenden hombres y dan posesiones de heredades”.
     El alcalde de Villanueva en 1540, Pero Martin Vaquero, nombró guardas en la dehesa de la Jara; al ser un espacio comunal a los vecinos de los Pedroches, podría entender que también podría allí usar y ejercer su autoridad de alcalde, mas las de Pedroche consideraron que se había extralimitado en sus funciones, ordenando su ingreso en prisión junto con el escribano del Concejo, Benito Gómez; salieron de ella por orden del corregidor de Córdoba. Es por lo que en las Ordenanzas sobre la Dehesa de la Jara de 1557 se dijera “porque sobre el poner de las dichas guardas y qué villas las han de nombrar y quitar ha habido y hay pleitos y diferencias”. Al año siguiente, 1541, los alcaldes de ese año y los dos anteriores, junto al aguacil, fueron llamados a declarar en Granada por esta cuestión, por poner guardas en los montes reales, ingresando incluso en su cárcel durante un tiempo hasta prestar declaración.
     Puede aventurarse que además de que en lo que era una mera cuestión de jurisdicción se escondiera la competencia entre las elites de ambas poblaciones por el uso de un espacio de realengo o de aprovechamiento comunal, en el que las de Villanueva no tenían capacidad de decisión al carecer de entidad propia como villa.
     Con la imposición de guardas en la Dehesa de la Jara parece que los alcaldes de Villanueva trataban de impedir que “personas poderosas de la dicha villa de Pedroche” introdujeran sus ganados donde les placiera, ocasionando daños en sembrados o viñas. Y también que intentaban obtener espacio exclusivo para sus ganados propios.
     Al estar integrados en el vecindario de Pedroche, aunque sin capacidad de participación ni decisión, los habitantes de Villanueva se sentían igualmente excluidos en la distribución de beneficios de los bienes comunales de la Dehesa de la Jara entre las, entonces, cinco villas de los Pedroches (Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco y Alcaracejos).
    Los vínculos iniciales que había entre Villanueva y Pedroche quedaron menguados por el acuerdo de concordia alcanzado por ambas partes en 1500. Aunque uno de los capítulos de la concordia de 1500 impedía que los vecinos de Pedroche se asentaran a partir de entonces en Villanueva, el Concejo de Villanueva acusaba al de Pedroche que “no pudiendose avezindar ninguno vecino de Villa Pedroche en Villanueva conforme a la dicha executoria el Conçejo y ofiçiales de Villa Pedroche se an entremetido y entremeten a quedar dar venzindades algunos de esa dicha villa en Villanueva rrepartiendoles solares no pudiendolo hacer conforme a la dicha carta executoria”.
     El reparto de solares no se había establecido en la capitulación de 1500. Por un lado era algo que ocurría “de tejas adentro” del poblado, por lo que el alcalde de Villanueva tendría competencia; pero carecería de ella si el valor superaba los trescientos maravedíes, algo que se solventaba fácilmente regalándolos. De todas formas, era un fuerte mecanismo de poder al que ninguna de las partes quería renunciar
     Resulta significativo que las decenas de encabezamientos sobre el lugar y fecha de los protocolos sean de este tenor: “En Villanueva de Cordoba vylla de la muy noble e muy leal çibdad de Cordova…”, cuando todavía no tenía ese rango de villa. Incluso en las escrituras del Cabildo de Córdoba o en las cartas y provisiones reales aparece con tal denominación, villa. Solo en un documento del escribano Benito Gomez de Villanueva entre 1539-1541 aparece de otro modo: “En Villanueva de Cordoba aldea de la muy noble e muy leal çibdad de Cordoba en diez e seyss dias del mes de diziembre anno del nasçimiento de nuestro Salvador Iesus Chryspto de mil e quinientos e quarenta annos…”. Pedroche, ni se nombra.
     Por la otra parte, Pedroche acusaba al jurado de Villanueva Rruy Diaz de Luna de haberse nombrado como tal, al igual que había hecho antes con los de Torrecampo; al menos en las capitulaciones de 1500 no aparece tal cargo para Villanueva, pero acaso podría haberse acogido a otro tipo de legislación. También insistía en denominar al lugar Encina Enana, cuando desde 1499 su nombre oficial era Villanueva de Córdoba. Aunque cuando el 07-11-1537 ambos Concejos celebran un cabildo conjunto en Villanueva sí comienzan diciendo que están en “En Villanueva de Cordova juridisçion de la villa de Pedroche villa de la muy noble e muy leal çibdad de Cordova…”.

Acusaciones de encarcelamientos injustos.
     El proceso de independencia de Villanueva fue considerablemente largo, cincuenta y cuatro años, lo que implica el trabajo de dos generaciones. Pedroche se mantuvo inflexible con las condiciones del acuerdo de 1500 en su condición de jurisdicción superior, sin intentar llegar a ninguna componenda que no fuera que en ella recaía toda capacidad de decisión y gestión de bienes comunales y reparto de impuestos, con el consecuente beneficio para sus elites locales. Y para ello no dudaban en abusar de su posición de dominio.
    Al menos eso denunciaban los vecinos de Villanueva, quienes, el año antes de conseguir su ansiado título de villa, denunciaban al Concejo de Pedroche por cohecho, falsas denuncias y encarcelamientos injustificados. En 1552 se presentaba ante la justicia de Córdoba “Cristoval Rruyz de Linares vezino de Villanueva de Cordova e presento una petiçion que dize asi… digo que el Conçejo, alcalldes y ofiçiales y escribanos de Villa Pedroche tratan pleitos çiviles y crimilaes con Conçejo e vezinos de Villanueva y son y se an mostrado sus enemigosde los dichos vezinos de Villanueva e de esta cavsa yo e mis consortes nos rreçelamos y tememos que de aqui delante por cosas muy livianas los dichos alcalldes y alguaziles yran a Villanueva a hazer informaçion y haran muchas prisiones ynjustas llevandolos desde Villanueva a Pedroche e desde Pedroche a Cordova haranles munchas costas e molestias”, por lo que solicitaba que desde Córdoba se revisaran las órdenes de prendimiento que desde Pedroche se hicieran a vecinos de Villanueva.
     Como respuesta se dio la siguiente orden al Concejo de Pedroche el 06-05-1552: “Francisco de Murga, alcallde de la justiçia de Cordova… por mi visto lo susodicho. constando como me consta las vejaçiones e prisiones que haçeys a los dichos vezinos de la Villanueva sobre cosas muy livianas, y pleitos, y dyfirençias y enemystades que pareçen por los dichos pleitos que ante mi penden que con ellos teneys, y por quitar y por quitarlas dichas vejaçiones, e molestias, y costas que haze sobre cavsas ynjustas, aunque justamente podria proveher lo pedido por el dicho Cristoval Rruyz, procurador, para justificaçion y concordia de las partes os mando que de aqui adelante que ni vos ni allguno de vos las ynformaçiones que hizieredes asi de ofiçio de justiçia como a pedimyento de parte contra qualquyer vezino de Villanueva de Cordova no prendays ni fagays prender por virtud dello a ninguno de los dichos vezinos de Villanueva hasta tanto que por mi sean vistas las dichas cavsas e ynformaçiones…”. Sorprende que el propio alcalde mayor de la justicia de Córdoba dijera que le constaban los hechos denunciados por Villanueva.
     No hubo la concordia de las partes que esperaba el alcalde de Córdoba, sino el pago de 700.000 reales por los vecinos de Villanueva a las arcas reales (a razón de 2.500 maravedís por vecino), concediendo Su Majestad el 18-04-1553 el rango de villa a la población, y eximiéndola definitivamente de la jurisdicción de Pedroche. Al mes siguiente lo conseguía Añora, naciendo entonces la comunidad de las Siete Villas de los Pedroches. (Por cierto, una pequeña digresión. Ni en esta época ni en los dos siglos siguientes se habla de “Valle de los Pedroches”. La primera referencia a tal nombre en Villanueva proviene de un oficio del Ayuntamiento de Pozoblanco fechado el 26-03-1864 y remitido al de Villanueva, en el que se daba cuenta de Una comunicación del Alcalde de Obejo en que manifiesta tener aquella villa tanto derecho a la Dehesa de la Concordia como las Siete del Valle de los Pedroches”. Fin de la digresión.)
     Pedroche se había resistido durante más de medio siglo a la exención de Villanueva de su jurisdicción; a finales del siglo XV había tenía una gran pérdida con la emancipación de Torrecampo y Pozoblanco, y no podía permitir que la merma se fuera agrandando. Además, sus élites entendieron desde pronto que Villanueva se había poblado en el único lugar con que contaba Pedroche para su crecimiento. Su negativa no parecía solo por egoísmo de sus élites para seguir aprovechándose de tierras comunales, sino por mera supervivencia. En el apartado de los habitantes se constatará que las predicciones de estas élites de Pedroche estuvieron atinadas.