[Los autores de este artículo son conjuntamente Juan
Palomo Palomo y Javier Torralbo Gallego.]
El lunes de mañana seis días del mes de mayo del año
1499 los componentes del Cabildo de Córdoba aprobaron y “proveyeron en la petición del lugar de
Encina Enana en que mandan que de aquí en adelante se llame Villanueva de
Córdoba, y que haya un alcalde y un escribano en la dicha villa…”.
Unos cuantos días después se nombraban el primer alcalde, escribano y aguacil
de esta población.
Por aquel entonces Encina Enana, a partir de ese día
Villanueva de Córdoba, era un lugar dentro del término de Pedroche, es decir, un
sitio habitado que no contaba con jurisdicción ni término propios, siendo las
autoridades de Pedroche en quienes recaían las labores de administración y
justicia, aunque, en una instancia superior, se dependía de las magistraturas
de Córdoba, su corregidor y su cabildo, y de los tribunales reales. Es decir,
no se pertenecía a ningún señorío.
La primera mención a Encina Enana, en 1437, la dio a
conocer D. Miguel Muñoz Vázquez en la Revista
de Feria de Villanueva de Córdoba del año 1989, que se muestra a
continuación:
Miguel Muñoz Vázquez, “Documento
inédito para la historia de Villanueva de Córdoba”, Revista de Feria de Villanueva de Córdoba de 1989.
En el documento se trata de los términos de Adamuz,
Obejo y Pedroche, y es en concreto el traslado posterior de una escritura
original dada en Adamuz el 29-09-1437. En ella “miguel Ruys fijo de Domingo Ruyz vesino dl
dicho lugar de Adamus… dixo ql tenie de por suya la dicha posada dl guijo q gla
qmo un ome de Ensina Enana”, dijo que él tenía de por suya la dicha
posada del Guijo que se la quemó un hombre de Encina Enana.
Si obviamos el legado de la tradición oral sin
ningún aval documental, excepto estos dos documentos poco más se conocía de
Villanueva de Córdoba en el siglo XV, como que Villanueva contaba con parroquia propia a finales de ese siglo.
Como de todas las cosas móviles la que más se mueve
es el conocimiento, hemos tenido acceso a una serie de preguntas que en 1530 el
Concejo de Pedroche envió al de Pozoblanco en las que se trata la cuestión de
la jurisdicción de Pedroche, de los lugares habitados enclavados en su término
(Navagrande, Fuente el Álamo, Las Misas y Villanueva de Córdoba-Encina Enana) y
de la extensión de su término, que llegaba a los pagos de Torrubia y
Navalazarza, el camino real de Córdoba a Córdoba a Toledo por Adamuz y Córdoba.
Distintos vecinos de Pozoblanco, aunque
algunos habían nacido o vivido en Pedroche, respondieron bajo
juramento al cuestionario.
En la decimotercera pregunta del Concejo de Pedroche
se decía a los testigos si sabían “que antes quel dicho lugar de Villanueva
se poblase esytio donde se poblo y todo lo de a la rredonda se dezia Enzina
Enana y todo ello eran labores de los dichos vezinos de la dicha villa de
Pedroche y cryaderos de ganados de los dichos vezinos e que de çincuenta annos
a esta parte se començo a poblar de vezinos de la dicha villa de Pedroche”. Los testigos de Pozoblanco corroboraron esta
versión.
Sebastian Rruyz,
de setenta años de edad, dijo “que
puede aver como çincuenta annos [h. 1480] que se acuerda de andar por en la
tierra donde esta agora poblada la dicha villa de Villanueva y aver hasta
quatro o çinco casas de vezinos que alli morasen o de algunos vezinos de villa
de Pedroche que tenyan alli sus quinteryas y sus casas para quando ivan a
labrar sus tierras”.
Pero Sanchez, de sesenta
años, afirmó que muchas veces había ido con “ganado por el lugar donde esta asentada la dicha Villanueva y se
nonbraba Enzyna Enana y era cortijos de los vezinos de la villa de Pedroche que
tenian alli sus labores e cryaderos y este testigo los vio arar alli y que
despues se ivan a sus casas que eran vezinos de la dicha villa de Pedroche y
mucha parte de los que estan en el dicho lugar se poblo de la dicha villa de
Pedroche y que puede aver quarenta annos [h. 1490] que se acuerda este testigo y no avia
en el dicho lugar casy vezino ninguno de asiento”.
También Alonso Sanchez, de sesenta
años, tenía igual opinión: “dixo
que porque puede aver quarenta e çinco annos [h. 1485] poco mas o menos que este testigo
andava por aquella tierra con ganado y todo ello se dezia Enzyna Enana y en
todo ello no avya syno unas quinteryas de la villa de Pedroche de los que ai
ivan a labrar sus tierras e con sus ganados y que despues de aquello se poblo
el dicho lugar”.
Domyngo Rruyz de la Torre,
de setenta años, que había estado de pequeño en el lugar de Encina Enana,
afirmaba “que en el tiempo
que por aquella tierra anduvo se nonbrava Enzyna Enana y todas aquellas tierras
eran de vezynos de Pedroche y sus labores y cryaderos de sus ganados y los que
estavan en el aldea eran vezinos de Villa Pedroche que tenian alli sus cortijos
y sus casas y sus vinnas en Pedroche y en aquel tiempo que puede aver quarenta
e çinco annos avria
que el dicho lugar de Villanueva hasta ocho o nueve vezinos y que los mas de
ellos eran vezinos de Pedroche y se yvan a las sus vinnas e casas”.
Es decir, que unos cuarenta y cinco años atrás de esta declaración, hacia 1485,
Villanueva contaba con 8-9 vecinos, equivalentes a unos 30-35 habitantes (a
razón de 3,7 personas por vecino), aun todavía muy vinculados con Pedroche.
Dado que al comienzo las viviendas se
usaban solo durante ciertas épocas, como la labranza o recolección, las más
eran chozas de cubierta vegetal. Anton Rruyz Hidalgo, que ese año de 1530
manifestaba tener algo más de 55 años, recordaba que “en el tiempo que anduvo por aquella tierra
donde esta poblada e asentada la dicha Villanueva se nonbraba todo ello Enzyna
Enana y todo aquello eran labores de la villa de Pedroche y sus cryaderos de
sus ganados y avya hasta siete u ocho choças o casas pagyzas … y que entonçes
se aumentaba a poblado el dicho lugar de Villanueva”. A medida que el asentamiento se fue haciendo continuo,
se construyeron casa con cubierta de teja. Algo similar ocurrió a principios
del siglo XIX con los primeros colonos de Villanueva en Cardeña, pues en 1839
Luis María Ramírez y las
Casas-Deza Décadas escribía en su Corografía histórico-estadística de la provincia y obispado de Córdoba que “alrededor de ella [la
venta de Cardeña] habitan en casas de
retama setenta y siete vecinos por la mayor parte residentes de Villanueva de
Córdoba”.
Hasta que en 1499 se le adjudica un
alcalde a Villanueva, los habitantes de Encina Enana tenían que desplazarse
hasta Pedroche para buscar justicia. Hacia 1480 tampoco se contaba con iglesia
en el lugar (que sí aparece edificada en 1500), como declaraba el precitado
testigo Sebastian Rruyz, quien también aportaba la explicación del nombre de Encina Enana: “yban los alcalldes a ella y no avya
alcallde ni otra justiçia ninguna en la dicha villa de Villanueva ni tenyan
yglesia y se llamava en aquel tiempo Enzyna Enana y que le dezian aquel nonbre por una enzina que estava alli que tenia todas
las rramas por el suelo y que dezian que cryava en ella una osa”.
“los alcalldes a ella y no avya alcallde ni otra justiçia
nynguna en la dicha villa de Villanueva ni tenyan yglesia y se llamava en aquel
tiempo Enzyna Enana y que le dezian aquel nonbre por una enzina que estava alli
que tenia todas las rramas por el suelo y que dezian que ay avia en ella una
osa…” (Testimonio de Sebastian Rruyz, Pozoblanco 09-07-1530.)
Si en Madrid el oso se asoció con el
madroño, aquí una osa vivía en una encina, que parece lo propio para Fash al-Ballut. Mas puede resultar
sorprendente una mención a osos en el norte de Córdoba a fines de la Baja Edad
Media, aunque no es la única.
Aunque solo sea a título anecdótico, hay
que nombrar a la cueva de la Osa (conocida por las pinturas esquemáticas en su
exterior), en el paraje de la Canaleja, en el término de Pozoblanco y al SW de
esta población, aunque en el tiempo del que se trata, finales del siglo XV, la
tierra donde está, conocida luego como Dehesa de la Concordia, pertenecía al
alfoz de Obejo.
Igualmente en Obejo, años antes, en
1341, Alfonso XI recogía en su Libro de
la Montería que “El monte de la
Alfondiguiella, et el monte Dovejo es todo un monte, et es bueno en oso en
invierno et en el tiempo de las uvas, et aun de puerco…”.
Al norte de los Pedroches, y tiempo
después, en las Relaciones topográficas
de Felipe II (1574-1578) se constataba la presencia de osos, de modo impreciso,
en las comarcas limítrofes de Almodóvar del Campo-Tirteafuera y Sierra Madrona.
Así pues, no resulta tan extraño que
cuando los primeros colonos se asentaron en lo que hoy es Villanueva de Córdoba
se encontraran con una encina con las ramas por el suelo, que debía contar con
un gran porte para servir de refugio a una osa. La escasa presencia humana
hasta entonces en la mitad oriental de los Pedroches podría haber permitido la
persistencia del oso pardo.
No sabemos dónde pudo estar esa encina.
En 1540 entre los bienes de los herederos de Pero Hernandez Paniagua estaba un
haza de tierra en “Cannada Ençinanana que alinda con Juan Diaz de Luna”, aunque no
tenemos más referencias para ubicarla.
Poco a poco las estancias
intermitentes solo para hacer ciertas labores se fueron haciendo continuas,
como explicaba Symon Rruyz, de sesenta años, “a cabsas que algunos tenian sus labores alli çerca se quedaron
en el dicho lugar y esto que puede aver quarenta e çinco annos como tyene dicho”,
es decir, por 1485.
De las manifestaciones de
los testigos ya ancianos en 1530, que conocieron el lugar en su juventud, se deduce que
hacia 1480-1490 Encina Enana estaba formada por quinterías y unas cuantas casas
de cubierta vegetal de vecinos de Pedroche que residían en ellas durante
algunas labores agrícolas, y tenían sus criaderos de ganado, aunque era en
Pedroche donde “fazian su continua morada”.
No había autoridades propias ni tampoco iglesia, sin casi vecinos que
residieran allí de continuo. Hacia 1485 solo contaba con ocho o nueve vecinos, unos
30-35 habitantes (a razón de 3,7 habitantes por vecino). Los testimonios de los
testigos de Pozoblanco, y el del propio Concejo de Pedroche, apuntan a que fue
por ese año cuando comenzó el poblamiento continuado en Encina Enana. Este fue
plenamente exitoso, pues en 1529 el Concejo de Villanueva afirmaba que la
población ya contaba con 150 vecinos (unos 555 habitantes con la misma
proporción de 3,7 personas por vecino), con un ritmo de crecimiento de al menos
del doble de lo esperado solo por el crecimiento natural de la población.
El proceso es análogo a lo
que conocemos de Cardeña y Azuel en 1757 por el Catastro de Ensenada. Ambas
eran ventas que servían en el camino que desde Montoro se dirigía a la Mancha
por Fuencaliente. Ese año había en Cardeña, además de familia del ventero, otras
dos más de agricultores, con diecisiete personas en total. En Azuel había
igualmente la venta y otras dos familias, con quince personas en conjunto.
Décadas después, en 1839, en la Corografia
de la provincia cordobesa Luis María Ramírez y las Casas-Deza decía que Cardeña
ya tenía 67 vecinos (unos 248 habitantes) y 47 vecinos Azuel (aproximadamente,
174 personas).
En 1499 pasó a llamarse
Villanueva de Córdoba, teniendo parroquia e iglesia propia al menos desde 1500.
Desde el inicio el objetivo de aquellos vecinos de Villanueva fue emanciparse
de la autoridad de Pedroche, pues el 18-06-1500 el Concejo de Pedroche
manifestaba que los de Villanueva “se querian esemyr e apartar de la juridisçion que esta
villa a tenydo e tiene” sobre ella, aunque
no alcanzó el rango de villa hasta en 1553. Lo veremos en otro artículo.