Por la parte oriental de la comarca de los Pedroches, además del Camino Real de la Plata por Adamuz y Conquista, del que ya se trató en este blog, existen al menos otros tres que también comparten el mismo epíteto "de la Plata", y que tienen en común que parten de Montoro, la antigua ciudad romana de Epora, a orillas del Guadalquivir.
Durante tiempo se consideró que el origen de esta denominación para algunos caminos, "de la Plata", provenía de tiempos de al-Andalus, haciéndola derivar de la palabra árabe "balat", "pavimento". Como explicaba el prestigioso arabista don Félix Hernández Jiménez (1959, 34-35), "según hizo constar el señor Saavedra. Dice este autor en su estudio La Geografía de España del Edrisi, p. 52: 'La palabra balat significa en árabe pavimento, y de ahí que se aplicara para designar las vías romanas de España, como lo prueba el vocabulario atribuido a Raimundo Martín, y se confirma por el gran número de Albalates que, esparcidos por toda España, señalan la posición y trazado de las antiguas calzadas' ". Esta fue la opinión generalizada que, por la inercia histórica, acabó por convertirse casi en dogma.
A finales del pasado siglo G. García Pérez y J. Rodríguez Morales, de modo independiente desde la publicación especializada en caminería antigua El Miliario Extravagante, proponían otro origen etimológico: derivaría del latín tardío via o calciata delapidata, en el sentido de camino empedrado. (Escribía Isidoro de Sevilla en sus Etimologías XV, 16, 6: "Ipsa (strata) est delapidata, id est lapidibus strata": La calzada está además empedrada, es decir, recubierta de piedras).
En la península no se conoce ningún topónimo "Albalata", que sería el primer paso en caso de derivar del árabe. Además, en español se mantuvo el artículo "al" para las palabras de origen árabe ("cotton", en inglés; "algodón", en castellano), por lo que de haber tenido ese origen debería de haber sido "de la Alplata".
De todas formas, de lo que no dudaban los arabistas Saavedra y Hernández Jiménez es que con el término "de la Plata" se designaban a "las vías romanas de España". Vamos con las tres que comentábamos al principio.
Camino de Montoro a Fuencaliente: Partía desde Montoro en dirección norte, pasando por Cardeña y Azuel para proseguir por la provincia de Ciudad Real. El nombre se conservó en la primera edición de la hoja 882 a escala 1:50.000 del entonces Instituto Geográfico y Estadístico:
A la altura de Venta del Charco, al sur de Cardeña (donde se apreciaban tramos empedrados en el camino antiguo), se bifurcaba, continuando uno de los ramales hasta Andújar, que aparece en las Relaciones Topográficas de Felipe II mandadas realizar en 1592.
Es un camino que en opinión del profesor Vaquerizo Gil pudo estar en uso en época anterior a la romana, para dar salida al producto de las numerosas explotaciones mineras del sur de de Ciudad Real. La caja de este camino, poco antes de dejar la provincia cordobesa al cruzar el río Yeguas, demuestra un uso continuado durante siglos:
Via Epora-Solia: Es una calzada que no consta en ninguna fuente documental de la Antigüedad. Fue propuesta por el profesor de la Universidad de Córdoba Enrique Melchor Gil al realizar su estudio de vías romanas de la provincia. Es una via que tiene una gran lógica, pues por el trifinium de Villanueva de Córdoba sabemos que ambas ciudades eran colindantes.
Planteaba que el fragmento de empedrado en la Fragua de Casillas, unos siete kilómetros al noroeste de Montoro, podrían pertenecer a esta vía. Disentí de esta opinión cuando descubrí un gran tramo empedrado, de varios centros de metros, unos cuatro kilómetros al NE de la Fragua de Casillas, sobre el Camino Real de Villanueva de Córdoba a Montoro, poco antes de llegar al río Arenoso, en la llamada Umbría del Quejigal:
Via Epora-Baedro: El citado tramo empedrado en la Fragua de Casillas:
se encuentra sobre el Camino Real de Pozoblanco a Montoro o la Campiña, en uso documentado como vía pecuaria desde al menos el siglo XV, y que, los anteriores, tiene el sobrenombre de "de la Plata". Si el camino anterior corresponde a la calzada entre Epora y Solia, por la dirección que mantiene éste, hacia el NW de los Pedroches, podría corresponder a la vía entre Epora y la ciudad romana que había por esos lugares, Baedro, aunque su localización concreta aún está por descubrir (en el norte de Córdoba sólo se conoce, por la epigrafía, la existencia de dos ciudades en época romana, Solia y Baedro. Parece lógico que la ciudad de Epora, a caballo entre la sierra y el valle del río Guadalquivir, tuviera calzadas que la comunicaran con dichas ciudades).
Además del de la Fragua de Casillas, se conservan otros fragmentos empedrados, como cuando el Camino Real cruza el arroyo Navaltablado, límite entre Pozoblanco y Villanueva de Córdoba:
Desde Pozoblanco su continuación, de ser la calzada entre ambas ciudades, habría sido por el camino viejo de Pozoblanco a Dos Torres, hacia donde se ubicaba el ager baedronensis. Hace once años, en un artículo sobre caminería antigua por los Pedroches que publiqué en El Miliario Extravagante, planteé la posibilidad de la que necrópolis de la Losilla (Añora), próxima a ese camino, estuviese vinculada a la via Epora-Baedro. Recordemos que la basílica del Germo (Espiel), del siglo VII, estaba situada junto una antigua calzada romana, revitalizada con la Mesta en el siglo XIII, la Cañada Real Soriana.
Juan Ocaña Torrejón cita otro camino con este nombre, la "Senda de la Plata", que comunicaba Toledo con Sevilla y atravesaba el oeste de los Pedroches, pero no tengo información sobre ella, pues mi campo de trabajo son sobre todo los Pedroches orientales.
En definitiva, por los Pedroches transitan, al menos, cinco antiguas calzadas romanas conocidas hoy como "caminos de la Plata".