Los mayores dólmenes de los Pedroches son el Atalayón de Navalmilano y el llamado Peñón de las Aguilillas (ambos en el término de Villanueva de Córdoba). Del primero se perdió su cámara sepulcral, conservando sólo el túmulo que lo cubría. El segundo sí que la ha preservado, y a él dedicamos esta entrada, básicamente visual.
A medio kilómetro al norte de donde el Camino Real de la Plata cruza al de Villanueva de Córdoba a Cardeña (unos 8,5 km al este de Villanueva) se eleva una altiplanicie amesetada que forma parte del domo que surca el batolito de los Pedroches y que constituye la divisoria de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. El terreno desciende al norte en una ligera pendiente, quedando las sierras de Fuencaliente (Ciudad Real) cerrando el horizonte. (Esto es una buena muestra de lo absurdo que resulta denominar "Valle" a la penillanura de los Pedroches.) La vista desde el lugar es plenamente colosal, apreciándose en todo su esplendor el encinar que le dio el nombre a Fash al-Ballut, el Llano de las Bellotas (y no "Valle de las Bellotas", como algunos traducen algunos ágrafos indocumentados):
En el borde septentrional de la meseta, donde el terreno comienza a descender, un grueso peñasco, conocido como Peñón de las Aguilillas, yace sobre rocas de granito, cual él:
Al acercanos podemos comprobar que entre las moles de granito se encuentra completamente embutido en tierra un dolmen, en concreto un sepulcro de corredor, donde la cámara y el pasillo de acceso se encuentran claramente diferenciados:
La cámara es de forma rectangular, con unas dimensiones de 4 metros de longitud por 1,9 metros de anchura. El pasillo está orientado a saliente, pero no exactamente al este, sino 150º SSE. Es frecuente que los pasillos de los sepulcros megalíticos estén orientados al levante, si bien hay excepciones. El sepulcro de corredor de Torrubia "mira" al NE hacia las sierras de Fuencaliente, y, no sé si es significativo o no, mas este dolmen de las Aguilillas, que también tiene esas sierras plagadas de pinturas esquemáticas en el horizonte, está orientado en una dirección opuesta a ellas. Quizá la orientación del pasillo esté determinada por el afloramiento granítico.
Como buen monumento megalítico sus paredes están formadas por grandes (mega) piedras (lito) denominadas ortostatos (por cierto, que es una palabra que no consta en el DRAE; pues tiempo han tenido los reales académicos de incluirla, porque designa algo en concreto que en español no tiene otro nombre). La pared oeste está formada por tres ortostatos:
El ortostato del NW no está alineado con los otros dos, sino ligeramente acodado con el peñasco. No es lo más común en la comarca, donde lo más frecuente es encontrarse la pared oeste (la opuesta al pasillo), formada por un único ortostato.
La pared sur:
está formada sólo por dos ortostatos, uno de los cuales mide 206 cm de longitud, 130 cm de altura y 28 cm de grosor (que a razón de unos 3,2 kg por decímetro cúbico de granito suponen unos 2.400 kg).
La pared oeste consta un ortostato junto al que se abre el pasillo de acceso:
Tomando el ortostato oeste como referencia, el pasillo tiene 52 cm de anchura. (También es frecuente que los pasillos de los dólmenes sean muy estrechos; una vez leí una interpretación sobre esto, se consideraba que fueron hechos así no para que no se accediera fácilmente a ellos, sino al contrario, para que los que estaban dentro tuvieran difícil la salida. No sé si es plenamente atinado, pero desde luego que es sugerente.)
En el interior de la cámara se encuentran dos paramentos, uno de ellos fracturado, que creo que corresponden a la pared norte:
Lo más significativo del monumento megalítico es el grueso peñón del que toma el nombre:
Sus dimensiones son 4,90 m de ancho por 3,80 m de alto y un grosor máximo de 1,6 m. Realizando la misma operación que antes, para una densidad media de 3,2 kilos por decímetro cúbico de granito, el peso aproximado del peñón es de 95 toneladas. Es de granito rojizo, y se apoya sobre otro afloramiento de roca plutónica de la misma naturaleza. Es difícil de determinar, pero creo que el peñón formó la tapa del dolmen, pues los ortostatos caídos en el interior de la cámara fueron parte de la pared norte, sobre la que se sitúa el peñón.
También es muy particular de este gran dolmen que "adosado" a él, apoyándose en la pared norte y el pasillo, se encuentra otro pequeño dolmen de 2,6 m de longitud por 1,5 m de ancho:
En este caso su pasillo sí está orientado plenamente a 90º E. Como su "hermano mayor" una gruesa piedra lo tapaba, estando, igualmente, volcada hacia su cara norte.
Siguiendo las enseñanzas de Mimí Bueno revisé concienzudamente las paredes del interior de la cámara, buscando algún tipo de manifestación artística (pintura o grabado), pero llevando, quizá, varios miles de años al descubierto, una profusa capa de líquenes cubre por completo las caras de los ortostatos. Fue descubierto y explorado por Ángel Riesgo en septiembre de 1925, y, como era lo normal en ellos, contenía una serie de objetos que los especialistas llaman "depósito ritual" o "ajuar", pero que, por sus características peculiares, merecen una entrada posterior para ellos. Quedémosnos ahora sólo con el paisaje de su continente: