El agradable dardazo merece que tras él haya algo especial, una nueva de este blog: ¡otra! placa de cinturón de clara factura merovingia depositada también en el Museo PRASA de Torrecampo.
Revisando lo hay publicado sobre arqueología del NE de Córdoba reparé en esta fotografía que aparecía en mayo de 1998, en el primer número de la revista El Museo. Boletín informativo, medio de información del entonces reciente Museo PRASA de Torrecampo:
(El Museo. Boletín informativo. Obra cultural grupo de empresas PRASA, nº1, mayo 1998.)
Hay dos piezas, sin embargo, que nada tienen que ver con el resto. Son las que están en la línea central, la primera y la segunda de izquierda a derecha. La última ya la conocemos, pues sabemos que es un fragmento de placa de cinturón merovingia de diez botones (que ya se vio en este blog). Amplío el otro objeto:
Analicemos el objeto. Las dos espigas para su articulación nos indican que se trata de una placa de broche de cinturón de carácter articulado, que se unía a la hebilla por medio de una charnela. Pero si observamos en la fotografía del conjunto veremos que en las placas liriformes los soportes para insertar la charnela están en los extremos de la pieza, mientras que ésta del Museo PRASA los tiene en posición central. No se conserva ni la hebilla ni la aguja.
Aunque esté fragmentado, por lo que se conserva se puede reconstruir su figura original, que sería casi semicircular y con dos pequeñas escotaduras en los extremos superiores. Esta forma no tiene nada que ver con las alargadas placas de silueta liriforme.
Lo más signigficativo, pues es lo que nos permite remontarnos a su origen, son los tres orificios en forma de "V", destinados a introducir unas pequeñas espigas, que se han conservado en este broche:
Sobre estas espigas se insertaban los botones que tan característicos son de la toréutica del norte de los Pirineos, pues la pieza de la que se trata depositada en el Museo PRASA de Torrecampo es una placa de broche de cinturón semicicular de época merovingia, similar a éstas encontradas en distintos lugares de Francia:
(1: http://www.loire-atlantique.fr/jcms/cg_45240/culture-jsp-fiche-archeologie-regionale?idfiche=832
Al sur del Loira este tipo de broches de cinturón aparece en la segunda mitad del siglo VI, época a la que parece también remitir la decoración de la placa del Museo PRASA, de carácter geométrico.
(Stutz, 2000, 40.)
Sobre el origen de esta pieza en este lugar son válidas las conjeturas que se elaboraron al estudiar su compañera de fotografía y museo, la placa merovingia de diez botones, pues ambas están por completo fuera de lugar en el norte de Córdoba. Las dos están muy deterioradas, fragmentadas, no son de lo más apetecible para los anticuarios, y más cuando no sé sabe exactamente lo que es. Creo que es perfectamente posible que aparecieran en los Pedroches, y que su origen estuviese en los viajes de personas de este lugar a tierras vasconas, pues en la necrópolis de Pamplona se han contrado varios broches de cinturón típicamente merovingios, al igual que estas dos placas. Esos viajes están garantizados por el epitafio de Oppila, un noble que murió en tierras vascas a mediados del siglo VII y al que sus clientes llevaron para enterrar en su Villafranca natal, cerca del río Guadalquivir.
Éste es un barrunto tan bueno, o tan malo, como cualquier otro que se quiera elaborar, pues no sabemos el origen de las piezas. Quizá no sea casualidad que aparezcan juntas en la fotografía, y que se deban a proceder de un viaje a Francia en tiempos actuales. Sí se puede garantizar que en un museo de Andalucía son auténticamente excepcionales.