El orificio me recordó a los antiguos lavaderos de piedra, llamados pilas, hechos sobre granito y empleados para la colada:
Usualmente se encontraban junto a los pozos. Su forma es cuadrangular, de unos 80-100 cm de lado; se caracterizan por presentar un orificio en la parte inferior para el desgüe y tener en uno de sus lados una superficie inclinada, sobre la que se depositaba el "lavadero", una tabla con la superficie ondulada que se usaba para restregar la ropa (épico precedente manual del centrifugado actual). El objeto de la Haza de las Ánimas también tiene ese orificio, pero su estrecho tamaño impide que se pueda considerar su empleo para lavar ropa.
También en las dehesas de los Pedroches es muy frecuente encontrar junto a los pozos otro tipo de pilas utilizadas para abrevar al ganado:
A diferencia de las usadas para lavar estos abrevaderos tienen todos sus lados rectos y carecen de orificio para evacuar el agua. Tampoco parece que el objeto de la Haza de las Ánimas hubiese sido destinado para dar de beber al ganado (para los heroicos gansos capitolinos que advirtieron a los romanos del ataque de los galos, quizá; pero para cuatro gallinas del corral, no). Además, siempre queda la duda de su posible relación con las tumbas de piedra, aunque su inmediatez a ellas así lo sugiere.
No es el único objeto de este tipo que conozco en los Pedroches junto a tumbas excavadas en la roca. Muy cerca de la antigua vía romana de Epora (Montoro) a Solia (Madajaiglesia, el Guijo), al SE de Villanueva de Córdoba, existe un conjunto que me parece muy interesante:
Hay una tumba tallada en la roca (en la fotografía de arriba en primer plano, casi soterrada, reconocible su interior por la hierba incipiente). Su orientación de 194º S, y hay espacio suficiente para haberla hecho con otra distinta, por lo que parece que se eligió así adrede, y no condicionado por la estructura del peñasco.
En la misma roquedo, en un plano superior, se labraron dos cubetas o pilas, con un diámetro de tres cuartos de metro y medio medio. Tienen en su parte inferior un orificio para poder desaguarlas:
En el mismo plano en que se encuentra la tumba existen otras cubetas o piletas (hoy tapadas por la tierra), pero que se reconocen fácilmente por tener también también orificios para desalojarlas del contenido que tuvieren. El que todos estos elementos, tumba y cubetas, estén labrados en la misma piedra parece muestra relevante de que formaron parte de un mismo conjunto.
Comenta Jorge López Quiroga (2010, 431) que "en las áreas funerarias conformadas por tumbas excavacas en la roca es habitual la existencia de canales y cazoletas ligadas" a la práctica de libaciones funerarias consistentes en derramar líquidos como vino, leche, miel o aceite, pero suelen ser huecos de escasos centímetros de diámetro, y los objetos de los que se se trata tienen más de medio metro. No existen muchos lugares en la península con morfologías parecidas en similares contextos de necrópolis en la roca natural.
En Santa María de la Piscina (Peciña, La Rioja) hay una de este tipo con una pila de gran tamaño en la parte central que se ha considerado que podría estar relacionada con el lavatorio de los cadáveres antes de su inhumación, mas es un unicum en la península.
(http://es.wikipedia.org/wiki/Ermita_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_La_Piscina)
En Revenga (Burgos) también hay una pila circular entre una necrópolis de tumbas talladas en la roca natural:
(http://www.siempredepaso.es/tumbas-y-bosques-en-el-alto-arlanza-burgos/)
Más parecido al conjunto de los Pedroches es el de Buendía (Cuenca), con tumbas y cazoletas en distintos niveles:
(https://es.scribd.com/doc/83315897/Sepulcros-en-Roca)
Las dos preguntas esenciales, qué son en concreto esas pilas o cubetas, y para qué se emplearon, se quedan abiertas por ahora, aunque sí se puede barruntar algo sobre ellas.
En primer lugar, por su proximidad a la sepultura parece lógico descartar la posible funcionalidad de estas cubetas como lagar o para práctica de algún tipo de actividad similar, y que sean de tipo cultual, que tengan relación con algún tipo de ritual. El rito es "un tipo de comportamiento estereotipado, de uso colectivo y con una eficacia extraempírica, al menos en parte; es decir, distinto de las conductas adaptadas racionalmente a un fin utilitario. Este tipo de comportamiento se basa por lo general en la observancia de las reglas tracicionales, y afecta a las relaciones que se establecen entre el hombre y lo sobrenatural. Como indicara Durkheim, los ritos sirven para distinguir lo sagrado de lo profano o bien para hacer entrar lo sagrado en la vida colectiva" (F. Marco Simón, 1994, 355).
En segundo lugar, considero que no parece posible establecer relación alguna entre ellas y ningún tipo de ritual cristiano. La Iglesia, desde tiempos de San Agustín, quiso alejarse de los objetos profilácticos en las sepulturas, de la moneda para ofrecer a Caronte y pasar al otro mundo; de las procesiones nocturnas, banquetes funerarios y libaciones de los funerales no cristianos: su firme propuesta era la misa por el finado (en la iglesia, no en el cementerio), la recitación del salterio y la ceremonia diurna. Así que esas pilas tienen un tremendo tufillo pagano (en el sentido de que no es cristiano). Contribuye a esta impresión el que su alineación no es la usual de las sepulturas cristianas, con el eje E-W, sino que su cabecera está orientada claramente al mediodía.
El problemilla a solventar es que no sé que son estas pilas por la ausencia de fuentes literarias; y, consecuentemente, ignoro cómo se utilizaron y para qué. Partamos del presupuesto de que la tumba en la roca y las cubetas son del mismo tiempo (al menos están en el mismo peñasco). El origen de este tipo de sepulturas se remonta al tiempo de la Hispania Tardía, y en una época tan avanzada como el año 681 el canon 11 del XII Concilio de Toledo se dirigía, entre otros, a los "cultores idolorum, veneratores lapidum". Un siglo antes el obispo Martín de Dumio reprendía a sus feligreses (entre otras cosas) por encender velas en peñascos. Las fuentes documentales de la época (todas cristianas) guardan un absoluto silencio sobre cómo se desarrollaban esos ritos, o a qué divinidades iban dedicadas, pero al menos muestran que había un tipo de espiritualidad en la que la roca era un importante elemento en su manifestación ritual. Y la verdad es que hay testimonios de religiones peninsulares anteriores a la romanización que muestran esta vinculación.
El mejor ejemplo son los altares rupestres de los que son exponentes Panóias o Ulaca, contándose también en el norte de Córdoba con uno de ellos, Sibulco. En Panóias, a inicios del siglo III d.C., G. C. Calpurnius Rufinus, un romano de alto rango, vir clarisimmus, dedicó varias inscripciones, una de las cuales decía que las entrañas de las víctimas se quemaban en unas oquedades cuadradas hechas en la roca, mientras que su sangre se recogía en otras cavidades semicirculares también talladas en la roca natural. En el santuario de Peñalba de Villastar (Teruel) hay "hoyos y cubetas con canalillos de comunicación y desagüe similares a los de las célebres 'peñas con pilas' del área castreña noroccidental" (Marco Simó, 1994, 360).
La verdad es que tampoco sé si, aparte de las formales de estar hechas en roca, hay alguna relación entre estos elementos (propios de religiones prerromanas) y las pilas con desagüe junto a tumbas excavacas en roca de los Pedroches; al menos es un punto de partida. También habría que indagar si, de algún modo, pudieran encajar con rituales de otro tipo de religiones aparte de las peninsulares prerromanas.
Bueno, esto es lo bonito de la Historia, ¿verdad?, el camino que se va haciendo al andar.